En junio di a luz a nuestro cuarto hijo. Cada vez que tengo un bebé, es como si hubiera pulsado un gran botón rojo de "restablecer", o “reset”, en mi vida.
Todo debe empezar de nuevo y debo aceptar que las limitaciones de mi pequeño recién nacido son ahora mis limitaciones. Esto es frustrante, pero no necesariamente malo. Una de las cosas maravillosas de estar sentada amamantando a un recién nacido es que puede darle mucho tiempo para leer y reevaluar cómo está tratando a tu hogar, tu matrimonio y a sus hijos mayores. En resumen, la etapa del recién nacido puede ser un buen momento para el crecimiento personal.
Leí un libro sobre el desorden y la organización del hogar esta semana mientras amamantaba al bebé. Me dio la inspiración para limpiar toda la ropa en mis armarios y cajones (cuando el bebé esté durmiendo, por supuesto). Tirar las cosas fue doloroso. No me gustó tener que revisar todas las cosas viejas que solía usar y para las cuales ya no tengo utilidad. Pero después, cuando reorganicé la ropa de mi armario, se veía tan bonita y limpia que sentí como si me hubieran quitado un peso de cinco kilos de la mente.
No fue tan difícil para mí tirar la ropa que ya no utilizo en mi armario, pero hay otras cosas inútiles en mi vida que no tengo el poder de tirar por mí mismo. Oro una oración especial cuando empiezo a preguntarme si mi corazón necesita ser ordenado. Es del libro de los Salmos en la Biblia. El Salmo 51:10 dice: "Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu firme dentro de mí".
No puedo deshacerme de mis viejos enojos, viejos pensamientos pecaminosos o viejas amarguras por mí mismo. Pero cuando oro, Jesús me ayuda a ordenar mi corazón. Él me ayuda a dejar ir las cosas viejas, y cuando finalmente se me quitan las cargas, me siento alegre y en paz, como un niño que finalmente logra quitarse una mochila pesada llena de libros de texto.
Estoy agradecida por mi nuevo bebé y por la nueva temporada de crecimiento personal que estoy atravesando en este momento. ¿Cómo estás creciendo y adaptándote a la temporada que atraviesas?
Existía la Luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo hombre.
Juan 1:9
La Navidad 2020 ha llegado y ha pasado. Pasó tan rápido como llegó. Este año definitivamente será uno para recordar. Han pasado tantas cosas que será difícil hacer un seguimiento.
En tiempos pasados hemos mirado hacia atrás y analizado todas las cosas que el año ha traído, las buenas y las malas. Pero sin duda, la mayoría de nosotros puede estar de acuerdo en que parece que lo malo ha superado a lo bueno en este año 2020 y por eso estamos listos para que termine.
En general, ha sido un año oscuro en muchas maneras y por eso estamos tentados a mirar el 2021 con incertidumbre. ¿Cómo será el 2021? ¿El año nuevo se verá afectado por esta pandemia? ¿Qué otras sorpresas pueden surgir?
Sin embargo cuando leemos la Biblia, vemos que Dios en su maravillosa providencia a redimido al malo, lo feo y el pecado. ¿Cómo ha hecho esto? Ha tomado la cosa más oscura y la ha vencido. Él destruyó y derrotó al pecado. Él lo ha derrotado con Su luz, luz verdadera.
En un mundo contaminado por el pecado, decidió bajar y vestirse de carne para vencer el pecado y la muerte. Esto ha sido una promesa que Dios ha hecho desde el libro de Génesis, profetizada una y otra vez a través del Antiguo Testamento y hecha realidad en el Nuevo Testamento. El vino a esta tierra en forma de hombre para vivir la vida que se suponía que tu y yo debíamos vivir y morir la muerte que todos merecíamos impulsados por su amor por nosotros.
1 Juan 4:9 dice “En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios haenviado a Su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de Él.” Esta no es solo la razón por la que celebramos la Navidad, pero es algo que debemos celebrar todos los días y todos los años particularmente en los días oscuros y en los años oscuros. Estas etapas oscuras no se comparan con esta luz verdadera porque esta luz es Dios mismo. No se comparan con el amor de nuestro Dios quien es omnisciente, omnipresente y omnipotente.
Este hecho, amiga mía, es la razón por la que no deberíamos temer cuando surjan años como 2020 y la razón por la que no deberíamos temer lo que traerá 2021. Recordemos lo que dice Romanos 8:38-39;
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:38-39
Hay un detalle importante, nada puede separarnos de Su amor, ni las circunstancias presentes ni las futuras. Nuestra única esperanza, en esta vida llena de incertidumbres debe estar aferrada al amor de nuestro Salvador, porque Él nos lo ha hecho posible al venir a este mundo y vencer el pecado para siempre. Entonces, por esta razón, sea lo que traiga el 2021, no nos preocupemos, pero aferrémonos a su amor. Esto es más que suficiente para traernos vida y paz, haciendo posible que esperemos con anticipación, esperanza y alegría al 2021 con todo lo que trae.
Querido Señor, eres el Padre perfecto. Gracias por tu amor interminable que nos rescató de nuestra esclavitud al pecado. Danos nuevos ojos para ver que estás trabajando a nuestro alrededor e incluso, aunque no entendemos por qué suceden las cosas, confiamos en que Tú estás en control. Confiamos en tu amor para con nosotras por media de nuestro Salvador Cristo Jesús. –Amén.
Mi 2020 no está ni dañado ni malo. El 2020 está para sacarme de mi zona de confort, de esa que solo vivimos para el «yoismo» y mis planes.
Para que aprenda el verdadero significado de lo que es amar a tu prójimo, o sea, a los que viven bajo mi techo. Eso porque no les tengo paciencia o tolerancia y exijo cosas que ni yo misma hago. ¡Soy tan imperfecta! Siguiendo y corriendo asfixiada detrás de un Dios perfecto.
Mi 2020 está para darme bofetones para que reaccione que hoy estamos, pero en una horita ya no. Acabo de pasar un domingo donde vi una persona conocida viva y pasaron menos de 6 horas y murió.
Mi 2020 está para que vea que la tierra tiembla, los vientos soplan y las pandemias existen, que todos los meses hay cosas cambiantes PERO Dios sigue siendo el mismo. ¡¡¡Él nunca cambia!!! Sigue estando junto a mí y me acompaña en este caminar por este mundo ¡el cual es temporero!
Que el Niagara sí se puede pasar en bicicleta cuando usas una bici tándem y lo montas a Él. Nadie puede asegurar que el 2021 será mejor; SOLO se puede asegurar que Dios si estará contigo si se lo permites…
Al final le doy gracias a Dios por darme un 2020 diferente lleno de muchos subes y bajas emocionales. Pero sobre todo que en este 2020, he visto Su mano como nunca lo había visto y con solo eso puedo decirle: No importa ya como serán mis meses venideros, solo importa que sigas conmigo y no me sueltes, sigue acompañándome porque ¡contigo todo se convierte en propósitos buenos!!
«Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección, ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar»
Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23
Cuando era muy joven, en una ocasión, una señora mayor de la iglesia vino a nuestro programa de jóvenes para compartir la Palabra de Dios. Cuando Emilia, que cariñosamente todos la llamábamos Emilita, pasó al frente, traía un cajón de su armario y, para nuestra sorpresa, comenzó a sacar todo lo que tenía dentro.
Yo recuerdo que sacaba muchos céntimos, cerillas, envases vacíos, papeles muy viejos, comprobantes de pagos arrugados, etc. Por último lo vira para sacudirlo y salió mucho polvo y churre acumulado por todo el tiempo que se había utilizado. En realidad, había muy poco dentro del cajón.
Entonces ella da un paso al frente y dirigiéndose a nosotros que como jóvenes esperábamos ansiosos alguna sorpresa. Ella nos miró y dijo; «Jóvenes, ¿qué tenéis guardado en vuestro corazón? Esta enseñanza la he tenido por mucho tiempo en mi mente y la comparto con vosotras pues todas, si pensamos bien, tenemos muchos cajones de armarios y estanterías en nuestras casas que si vamos y las revisamos veremos que están llenas de cosas que no sirven. Aun así, las guardamos. Pasa el tiempo hasta que un día decidimos hacer limpiezas. ¿Te ha pasado esto a ti? Cada vez que haces limpieza y revisas, ¿comienzas a tirar cosas que para nada sirven?
La Biblia también me enseña que nuestro corazón, muchas veces, está lleno de basura de cosas que para nada se aprovechan y más bien ensucian y amargan mi vida. ¿Puedes pensar en algo que llevas guardado por mucho tiempo y te está afectando espiritual y emocionalmente?
ORACIÓN:»Señor Jesús, tú me conoces y sabes cuantas cosas hay en mí que me están afectando: los celos, la envidia, el miedo, el orgullo, lo que no he perdonado, etc. Por todo, te pido perdón. Límpiame con tu sangre preciosa porque tú me dices en tu Palabra «Sobre toda cosa guardada guarda tu Corazón porque de él mana la vida.»
¿Sabías que en el siglo XXI estamos padeciendo de un problema general? Se llama falta de atención. Y no me refiero a la enfermedad desde el punto de vista clínico. No, me refiero al fenómeno que cada vez se expande más por la sociedad aplastada por el peso de la tecnología.
Varios estudios han demostrado cuánto ha disminuido la productividad de las personas porque sus cerebros están cambiando constantemente de actividad: correos electrónicos, alerta de mensajería instantánea, mensajes de texto, varias ventanas abiertas en el navegador de internet y un ratón que hace clic aquí y clic allá, actualizaciones en Facebook, llamadas telefónicas… solo de pensarlo me agota pero sé que así vivo yo también. El resultado de todo esto es primero, como dije, poca productividad. El famoso mito de la multitarea quita más de lo que da. Muchas tareas comenzadas, pocas terminadas.
Agotamiento físico y mental.
Y últimamente Dios ha estado llamando mi atención al respecto. Aparentemente estamos en muchas cosas y lugares a la vez, pero nuestra mente no está en ninguno. No de manera completa.
Esa no es la vida abundante que Dios quiere para ti y para mí. Una vida de torbellino, agotada, con la mente corriendo de aquí para allá, ese no es el plan de Dios. El plan de Dios es una vida con prioridades, una vida con paz en medio del caos, una vida en la que aprovechemos el tiempo. Pero aprovechar el tiempo no es hacer varias cosas a la vez durante el mismo período de tiempo sino vivir a plenitud, con intención, cada período de tiempo…porque nuestros días son muy cortos en esta Tierra.
El plan de Dios es que vivamos con intención. intención. (Del lat. intentĭo, -ōnis).f.
Determinación de la voluntad en orden a un fin.
¿Qué vamos a determinar? Bueno, empecemos por hacer lo que leí una vez (lamento no recordar el libro): donde estemos, estemos allí 100%. Y no me refiero solamente a un lugar físico, me refiero a la tarea que estemos haciendo, a la conversación que entablemos, etc.
Así que hoy te propongo una lista de “7” cosas que podemos hacer vivir con intención.
1. Aparta al menos 30 minutos para darle tu atención completa a Dios. {Si esta meta es muy alta para empezar, dedica menos tiempo, pero con toda intención.} Ese será sin duda el momento más importante de tu día.
2. Cuando tu esposo llegue a casa por la tarde, o los niños regresen de la escuela, conversa con ellos mirándoles a los ojos, escuchando de veras. No trates de combinar ese momento con otro para ganar tiempo. Estas son las personas más importantes en tu vida. Lo demás puede esperar.
3. Besa y abraza. En la vorágine del siglo XXI hasta esto se ha vuelto escaso. Dicen los que saben que los matrimonios que se besan y abrazan todos los días, son más felices. Y los niños que reciben besos y abrazos de sus padres se sienten más seguros y queridos.
4. Usa un reloj o temporizador. Dividir las tareas por tiempo ayuda a concentrarnos mejor. Veinticinco minutos es un buen número. Y al terminar los 25, toma agua, camina un poco, haz algo que implique cambio de actividad. Y vuelve a empezar con otros 25 minutos.
5. Alimenta tu alma. Cambia un poco de televisión por un buen libro. Y si no eres de las que gusta mucho de la lectura {gracias de paso por dedicar unos minutos a esta}, entonces “escucha” un libro. Esta era de tecnología nos da esa ventaja. Leer, o escuchar, un buen libro nos desafía a pensar, y así ejercitamos el cerebro, que a fin de cuentas también es un músculo.
6. Cuida de tu cuerpo. El templo del Espíritu. Sé que nos cuesta…a mí me cuesta. Pero somos responsables de él. ¿Media hora de ejercicios cada día es mucho? Comienza por menos, quizá tres veces por semana. El asunto es ser intencionales con los ejercicios, con lo que comemos.
7. Cena en familia. Este es otro de los hábitos casi extintos de nuestra era post-moderna. Pero, ¿sabías que las familias que cenan juntas son más saludables emocionalmente? ¿Y que los hijos que cenan con sus padres son más abiertos y menos propensos a conductas dañinas? Los horarios a veces chocan, el tráfico nos demora, etc. Pero no es imposible. Si no todos los días, busca que sea la mayoría.
Podríamos añadir otras cosas, pero voy a empezar por estas siete. Sí, para mí misma. Tal vez tú las quieras hacer tuyas.
Quiero vivir con intención mis días y así traer al corazón sabiduría. ¡Esa es la vida que Dios diseñó! (Publicado originalmente en wendybello.com)
La autoestima es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. En resumen, es la percepción evaluativa de nosotros mismos.
La importancia de la autoestima se apoya en que concierne a nuestro ser, a nuestra manera de ser y al sentido de nuestra valía personal. Por lo tanto, puede afectar a nuestra manera de estar y actuar en el mundo y de relacionarnos con los demás. Nada en nuestra manera de pensar, de sentir, de decidir y de actuar escapa a la influencia de la autoestima.
La autoestima tiene que ver con una visión realista de nosotros mismos y se construye a lo largo de los años mediante influencias externas (lo que dice mis profesores, mis compañeros, mi cónyuge, mis amigos, etc.) e influencias internas (la voz interior que tenemos todos, la auto-crítica). Es importante tener una buena autoestima porque influye en todos los aspectos de nuestra vida.
¿En qué consiste entonces una buena Autoestima?
La persona con una buena autoestima se respeta y ama a sí misma. Acepta sus cualidades y sus defectos por el simple hecho de ser un ser humano. No cae en comparaciones humillantes. Es tolerante consigo mismo y con los demás.
Las ventajas de tener una buena autoestima…
· Más aceptación de uno mismo y de los demás
· Ser más amable con uno mismo
· Tener Ideas claras sobre lo que se quiere: Menos tensión y estrés
· Tener mejor aspecto
· Mejor manejo social y menor deseabilidad
· Tener independencia, equilibrio y control
· Estar más dispuestos a recibir y ofrecer cariño y afecto
· Ser libre de envidia
· Capacidad para asumir cambios y riesgos
· Problemas no. Retos sí
· Más confianza en sí mismo al realizar cualquier actividad
· Defender bien mis derechos
· Capaz de hablar con sinceridad sobre mis éxitos y fracasos
Debemos pensar: -Si mi autoestima fuera más alta, mi vida sería mejor en cuanto a…
Una de las cosas que merma nuestra autoestima es la crítica patológica. Según Eugene Sagan es nuestra voz interior negativa que nos ataca nos juzga y nos condena.
La Crítica Patológica:
Nos acusa de que las cosas van mal
Nos compara con los logros de los demás
Nos pone como objetivo la perfección, un imposible
Nos machaca ante el más mínimo error
Registra nuestros fracasos, pero nunca nuestros éxitos
Nos impone exigencias a cumplir
Nos habla en término de TODO o NADA
La crítica nos etiqueta con contundencia
La crítica nos induce al error del advino
La crítica usa un lenguaje exagerado
Es absolutamente venenosa. Más que cualquier trauma
Habla como se fuera un telegrama
Saca a relucir siempre lo peor de nuestra vida.
Parece incontrolable
La culpabilidad solo nos lleva al remordimiento y sabemos dónde puede llevarnos, ¿os acordáis de Judas, el discípulo de Jesús? El remordimiento lo llevó al suicidio, pero si se hubiera arrepentido y pedido perdón, habría tenido una oportunidad de cambio como la tuvo Pedro el otro discípulo que negó a Jesús y le falló en el momento que su amigo y compañero más lo necesitaba. Pedro lloró amargamente por estar arrepentido y Jesús después de la resurrección trató personalmente con él, ofreciéndole una oportunidad de cambio cuando le preguntó tres veces (¡Sí 3 veces!) si Pedro le amaba. Por fin Pedro, que significa “piedra”, se derrumbó e hizo una bella declaración de amor y de fe con pocas palabras, se sentía tan avergonzado que Jesús tuvo que arrancársela:
-Señor tú lo sabes todo; ¡tú sabes que te amo! Y Jesús le dijo apacienta mis ovejas. Jesús le perdonó y le entregó lo que tenía de más valor: las personas que creyeron en él.
Juan 21:15-17
Hay una cosita más que me gustaría aclarar:
La autoestima puede ser mejorada. ¿Cómo?
Contrarrestándose la crítica patológica con la realidad.
La crítica patológica te dice: – ¡eres un fracaso! Pregúntate a ti mismo: ¿fracaso en todo lo que hago yo? ¡Pues no! Puedo estar sin trabajo, pero esto no es mi culpa y si aun lo fuera ¡¡¡siempre puedo intentar mejorar!!!
“Me encantaría ayudarte, pero de veras no puedo añadir más cosas a mi vida en este momento”.
Esa fue la respuesta que tuve que dar no hace mucho a alguien que me pidió ayuda, quería que fuera parte de un determinado comité. E hice algo que por muchos años no había podido hacer. Decir “no”.
Supongo que toma muchas horas de cansancio, estrés, y sobre todo análisis y reflexión para llegar a entender que decir “no” no es pecado ni tampoco el fin del mundo.
Antes de que pienses que es egoísta, cómodo y hasta poco espiritual decir que no, permíteme ahondar un poco más en el tema.
A mí siempre me ha gustado participar en muchas cosas. Creo que es algo intrínseco a mi personalidad. Desde niña ha sido así. Sin embargo, a medida que la vida avanza nuestro nivel de responsabilidad también aumenta y vale mucho que aprendamosel secreto de la gente verdaderamente exitosa: prioridades.
Somos responsables de nuestro tiempo. Muchas cosas pueden demandar nuestra atención, pero no todas pueden tener prioridad en nuestra lista. Muchas necesidades pueden reclamar tu tiempo, pero no has sido llamada a suplirlas todas.Lee eso otra vez.
Por alguna razón que todavía no he podido determinar bien, no sé si es cultural, social, un factor de crianza, etc., la tendencia general entre las mujeres es sentirse culpables cuando dicen “no” a una petición para asumir un rol más, participar de otro comité, asumir otro liderazgo, encargarse de cierta tarea, etc.
Libérate de esa carga. Decide, junto con Dios, qué cosas son prioritarias en tu vida y cuáles no. Aunque quizá alguien pueda decirte que tú eres la persona ideal para determinado cargo o ministerio, solo tú y Dios pueden decidirlo. Y además te digo que si no es algo a lo que Dios te está llamando, él no tiene ningún problema con que digas “no”. ¡Hasta Jesús tuvo momentos de escoger sus prioridades y decir “no”!
Otro punto importante, Dios no quiere soldados en su ejército que estén a punto de quemarse.
Moisés fue un gran líder pero su agenda estaba demasiado llena. Qué bendición que tuvo un suegro sabio que le dio un excelente consejo: delega, reparte, dale la oportunidad a otros. La historia puedes leerla en el capítulo 18 de Éxodo. Esto es algo más que debemos aprender. Cuando tenemos una responsabilidad y podemos compartirla con otros, hagámoslo. Desde lo más sencillo como las tareas hogareñas (que a veces creemos que nadie las puede hacer tan bien como nosotras), hasta el ministerio o el trabajo. Delegar es una marca de los buenos líderes. Cuando creemos que solo nosotros podemos hacer bien las cosas, tenemos un problema. Se llama perfeccionismo, muy emparentado con el orgullo. Vigilemos a esta zorra pequeña que lucha por infiltrarse.
Hace poco escuché esto: lo mejor que el diablo hace para que no hagamos lo que realmente Dios quiere que hagamos es mantenernos ocupados. ¡Muy cierto! A veces llenamos tanto nuestras agendas de actividad que no queda espacio para lo verdaderamente importante. El orden de prioridades en la Palabra de Dios es este: Dios, familia y ministerio/iglesia. Cuando ese orden se altera, más atrás vienen los problemas. Busquemos seguir ese orden y hacerlo con equilibrio.
Así que, independientemente de lo que otros digan, ¡se vale decir «no»!
En estos momentos que hemos vivido de confinamiento, he visto la mano de Dios actuando de manera extraordinaria. En nuestra comunidad de fe, nos hemos reunido a diario para orar por personas enfermas, falta de trabajo, salvación, etc. Hemos visto la mano de Dios actuar. Como nunca antes, debemos depender del Señor, aprender de Él y verle en acción.
El mundo espiritual es real y hay fuerzas del bien y del mal batallando. Nosotros estamos del lado vencedor cuando nos aliamos con Dios en oración. Él quiere mostrarnos facetas de Su personalidad mientras pasamos tiempo con Él.
Os invitamos a visitar nuestro blog MUJERES QUE ORAN para participar con nosotras y enfocarnos en las promesas y clamar juntas por todas estas bendiciones ya prometidas en la Biblia. En especial en el día de hoy, oramos por nuestros hijos y por las generaciones venideras. No dejes de orar por tu descendencia. Dios nos promete bendiciones. Copio la publicación de hoy en MUJERES QUE ORAN:
Promesa 14: Lucas 1:50
Nunca cesemos de orar por nuestros hijos, nietos, bisnietos y todas las siguientes generaciones hasta que Cristo venga por su iglesia.
El Señor proporciona al justo muchas promesas sobre las generaciones futuras. Podemos confiar en que Dios es fiel y lo hará. Puede que hoy no lo puedas ver, pero mira con los ojos de la fe, confiadas en lo que Dios ha dicho:
Poderosa en la tierra será su descendencia; la generación de los rectos será bendita.
Salmo 112:2
Proclamemos con nuestras palabras, vivamos por fe y no de oídas. Hoy, nuestros hijos pueden estar perdidos, pero fiel es Dios para salvarles por amor a Su Palabra. Continúa firme, orando por todos aquellos que vendrán después de ti, vive una vida piadosa, sé ejemplo y espera. Dios salvará a tus hijos, y tu descendencia será bendita.
Señor, oro por mis hijos. Que te conozcan como Salvador y Padre. Que puedan amarte y servirte hasta que tú vengas. Que tu bendición pueda estar con mi familia. Guárdanos de los ataques de nuestro enemigo que anda como una león devorador. Sabemos que él viene a matar, robar y destruir. Nosotros proclamamos palabras de vida, restitución y edificación. De ti viene todo lo que es bueno y clamamos por tus beneficios sobre mi familia presente y descendientes. En tu nombre oro, Jesús.
He organizado una fiesta del bebé, «Baby Shower», para una amiga. Ha sido muy sencilla, pero con algunos detalles personales.
Este sencillo álbum puede ser también donde los invitados dejan su mensaje con buenos deseos.
Todo muy sencillo, pero el cariño de todos se muestra en los mensajes tan bonitos.
Añadí otras páginas, también en blanco, para que la maná pueda añadir las fotos preferidas de este día, solamente añadí detallitos en algún rincón de la página.
Todo en la fiesta era de colores azul y amarillo. El mini sigue el mismo tema.
Ser madre es todo un privilegio que conlleva una gran responsabilidad. La Biblia nos da pautas para que cumplamos con los propósitos de Dios para la familia. Uno de los versículos que he tratado de poner en práctica en mi casa ha sido este:
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Deterononio 6:6-7
Ha sido un reto pero también ha sido maravilloso. He podido compartir mucho de las enseñanzas de Jesús con mis hijos a través de lecturas de libros, películas, estudios sencillos adaptados a sus niveles, eventos creativos, manualidades, etc.
Hoy en día me encanta oír a mis hijos ya crecidos mencionar facetas de su fe, y me siento bien al saber que he tratado de cumplir con mi papel de la mejor manera que pude.
Hay mucho material disponible para que una mamá pueda hablar de Dios en todo momento. Si quieres hacerlo y necesitas ayuda, no dudes en contactarnos y te facilitamos los recursos. Os dejamos este enlace para un e-book:
Hola mi amiga, soy Nataly. Soy brasileña, casada, madre de dos niñas, una de 6 años y otra de 3 años. Como profesión, elegí el camino de la belleza: he sido maquilladora profesional durante 10 años. Sin embargo, desde el nacimiento de mi primera hija, he optado por darle a mi carrera un poco de tiempo para aplicarme plenamente al cuidado de mi familia.
Confieso que no ha sido un viaje fácil. Es un viaje aparentemente solitario, en la mayoría de las veces. Podemos parecer prácticamente inútiles a los ojos de los extraños. Ser una madre a tiempo completo es dedicarte a una ocupación que no muestra resultados inmediatos. Sin embargo, veo cuánto he aprendido sobre el ser humano, sobre mí y sobre Dios mismo, mientras observo el crecimiento físico, emocional y espiritual de mis hijas.
Siempre he sido realista sobre los grandes desafíos que la maternidad impone. El más grande fue el descubrimiento de una infección asmática de mi hija mayor a principios de 2018, lo que llevó a un ingreso en el hospital durante 4 días. Entró en una crisis grave y llegó al hospital sin poder respirar sola, y fue hospitalizada allí durante 4 días.
Creo que fue uno de los momentos más difíciles de mi vida donde me sentí tan sola. Eso fue al principio, porque poco a poco vi a Dios a mi lado dándome la fuerza que necesitaba y protegiendo a mi hija de lo peor. Ella tenía cuatro años y medio, y yo estaba aterrorizada, llena de incertidumbre, no tenía respuestas a muchas de las preguntas que le hice a los médicos. Todo lo que dijeron fue: no sabemos cuándo podrá volver a casa. Me destrozó el corazón.
Creo que hoy, en todo el mundo, frente a esta pandemia que se ha desatado, estamos buscando respuestas, estamos buscando explicaciones, estamos buscando algo que nos dé paz. Sin embargo, parece que nadie tiene la respuesta, de hecho, parece que nadie puede calmar nuestros corazones.
Así que me gustaría decirles que en ese hospital, en medio del caos encontré paz en la palabra de Dios: la Biblia. Encontré paz cuando cerré los ojos y le pedí que se quedara allí conmigo, que me diera sabiduría, protegiera a mi hija y nos diera fuerzas para vivir lo que teníamos que vivir.
En este momento donde todo el mundo enfrenta el caos, tú y yo podemos volvernos a Dios nuevamente. Habla con El … pongamos nuestros miedos, ansiedades, incertidumbres ante Él, y sepamos que hay un Dios que nos ama, y que está dispuesto a comunicarse con nosotras.
Quiero dejar aquí un texto bíblico que me alienta en tiempos difíciles como la hospitalización de mi hija, como la que estamos viviendo en todo el mundo, o en cualquier otro momento difícil que se presente en nuestra vida.
3 Mientras callaba, envejecían mis huesos de tanto gemir todo el día, 4 pues noche y día me abrumaba tu mano, se extinguía mi vigor entre intensos calores. [ Pausa] 5 Pero yo reconocí mi pecado, no te oculté mi culpa; me dije: “Confesaré mi culpa ante el Señor”. Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. [ Pausa] 6 Por eso todo fiel te implora en los momentos de angustia; y aunque a raudales se desborde el agua, no les podrá dar alcance. 7 Tú eres para mí un refugio, tú me proteges de la angustia y me rodeas de cantos de salvación. [ Pausa] 8 Yo te instruiré y te enseñaré el camino que debes seguir, te aconsejaré y pondré mis ojos en ti. 9 No seáis como caballos o mulos que nada entienden: con el freno y las riendas hay que dominar su brío, pues de otro modo no se acercarán a ti. 10 Muchos son los sufrimientos del malvado, pero el amor rodea al que confía en el Señor. 11 Alegraos en el Señor los justos, regocijaos, gritad de gozo los de corazón recto.