Hoy os dejamos con el diario de oración de nuestra colaboradora Iva. Es un proyecto en que puedes trabajar con tus niños. A disfrutar de la manualidad y que sirva para animar a tu familia en esta disciplina tan importante y necesaria en nuestras vidas.
Hoy nos toca la el tema de salud y belleza. Creemos firmemente que un «El corazón alegre hermosea el rostro», Proverbios 15:13. Por eso Annie comparte hoy sobre cómo conseguir ese corazón y, en consecuencia, conseguir esa belleza que viene de adentro. Os dejamos con Annie:
22 Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado. …
25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Ezequiel 36:22,25-27
Israel era un pueblo que Dios había elegido para sí mismo. Un pueblo al quien amaría, cuidaría y finalmente redimiría. Él fue fiel al sacarlos de Egipto, donde fueron esclavizados durante 400 años. Escuchó su clamor y les brindó liberación. Después de todo, serían el pueblo elegido del cual vendría El Mesías, El redentor, el hijo de Dios mismo. Una y otra vez eran un pueblo que ofrecían su amor y afecto a otros dioses y no adoraban al único Dios verdadero con todo su corazón, alma y mente. Pero debido a su amor inquebrantable, el Señor continuó mostrándoles gracia. Pero por sus corazones adúlteros, no pudieron.
El pecado que irrumpió en el mundo que Dios había creado, fue manchado por la incredulidad y desobediencia de Adán y Eva. El pecado contaminó sus corazones y los nuestros, impidiéndonos amar a Dios de todo corazón. Pero cuán maravilloso es Dios por haber sido el que no solo inició sino que completó nuestra redención. El problema era que nuestros corazones eran inmundos, eran idólatras y estaban lejos de él. Teníamos corazones muertos. Pero a través de la descendencia de la mujer y del pueblo escogido de Israel vendría uno que podría ofrecer el pago por nuestros pecados.
Uno que viviría la vida que se suponía que debíamos vivir y moriría la muerte que merecíamos. Mediante el sacrificio expiatorio de Dios, el hijo Jesucristo, el Cordero Perfecto, recibiríamos la libertad. Libertad para ver a Dios como nuestro padre.
¡Libertad de la esclavitud del pecado y una vida nueva! Cambiaría nuestro corazón de piedra, por un corazón de carne. Un corazón como suyo, poniendo Su Espíritu en nosotros. Al poner su espíritu en nosotros, nos ha atado eternamente a él. Él ha asegurado nuestra salvación eterna y ha prometido hacernos más como su hijo. Él nos ha dado gozo eterno con Él y placeres sin medida. Todo porque Él nos amo más de lo que podríamos imaginar.
Amiga, ¡deleitémonos con esto! Aprendamos a abandonar nuestro antiguo yo, abandonándonos diariamente en arrepentimiento. No seamos como el pueblo de Israel, sino recordemos la bondad de su amor inagotable. Abracemos este nuevo yo por el que ha pagado tan caro y descubramos los placeres en su presencia para siempre.
Oración: Amado Señor, me arrepiento de todos los pecados que me han separado de ti. Ayúdame a aceptar la verdad de tu palabra en mi vida. Ayúdame a recordar quién soy ahora ante tus ojos por el sacrificio que Jesús hizo por mi. Lléname de tu espíritu y enséñame tu camino. Que mis deseos sean conocerte más y amarte profundamente. Amén.
Annie
Os invitamos al Youtube de Annie, mayormente en inglés, tiene mucha información:
A todos por naturaleza nos cuesta ver lo bueno de cada cosa, a algunos más y a otros menos, Algunos ven el vaso medio vacío y otros el vaso medio lleno. Eso es un hecho, pero aprender a agradecer cualquiera sea la situación que nos está pasando, eso sí es difícil, pero tenemos que hacerlo … aprender.
Os cuento que hace unos pocos meses me sucedió algo que quisiera contaros.
Se me perdieron las gafas de ver, las graduadas bifocales de sol, un día las tenía y al otro ya no. Eran unas gafas caras y necesarias para mi vista. Y me dije, «uf, no voy a comprar otras, son muy caras», y estuve dos meses esperando qué hacer. Finalmente decidí que debía hacerlas por mi vista. Cuando fui a la óptica me graduaron de nuevo y cuál fue mi sorpresa, que mi vista había cambiado mucho, había empeorado y necesitaba más graduación. Después de hacerme las gafas nuevas, pensé, «si no se me hubieran perdido las gafas anteriores pues no sabía que necesitaba más graduación»; sí que di gracias a Dios por ese hecho.
En medio de este tiempo tan especial que estamos viviendo de la pandemia del Covid-19, podemos ver lo malo que es, y lo es, pero también podemos ver las oportunidades que Dios nos puede dar, y nos da, y aprovecharlas para ayudar, crecer, y sobretodo, agradecer.
Agradecer es una actitud, una actitud buena que debemos cultivar, no quejarnos por lo que no tenemos, o por lo que tenemos. Yo he tenido que aprender aunque no siempre he sido así.
Estudiando y aplicando lo que Dios nos dice en Su Palabra, la Biblia, en el libro de Filipenses 4:4-8; Pablo insiste una y otra vez en que nos “¡¡Regocijemos, en El Señor, y otra vez que nos regocijemos!!” y nos dice también que “por nada estemos afanosos, sino que sean conocidas nuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Aquí está la clave, “con acción de gracias”, cualquiera que sea nuestra circunstancia,
Además una promesa grandísima es:
“ y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará nuestros corazones, y nuestros pensamientos en Cristo Jesús”
Saber que es Dios mismo el que nos da esa paz es impresionante. Pase lo que pase, nos da la tranquilidad y el agradecimiento de pensar en Cristo Jesús.
Como dice más adelante, “Por lo demás, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”
El mismo Pablo tuvo que aprender a contentarse, como dice en Filipenses 4:11, “he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación”.
La meditación es una práctica que ha demostrado ser beneficiosa para nuestra mente, calmarnos y darnos equilibrio para afrontar las diferentes situaciones de la vida cotidiana, reduciendo el estrés y la ansiedad. Comenzar el día practicando la meditación es una excelente manera de liberar tu mente de pensamientos negativos y preocupaciones. Aquí quiero traeros una sugerencia de meditación paso a paso y también cómo usar la Biblia en este momento. Porque si la meditación ayuda a vaciar la mente de pensamientos negativos, la Biblia nos conducirá a los pensamientos correctos, reflexionando también sobre nuestras actitudes.
A continuación, describo el paso a paso que he estado usando, basado en las enseñanzas de Richard J. Foster en el libro Celebración de la Disciplina.
Paso 1 – Calmarse: comienza tu momento de meditación en un lugar tranquilo y silencioso. Manténgase en una posición cómoda y sin distracciones. Respire hondo y coloque las palmas hacia arriba, simbolizando la entrega de todo lo que te preocupa. Piense en cada situación e imagine que le entrega todo esto a Jesús, uno por uno.
Paso 2 – Meditar en la creación: después de calmarse, imagine un hermoso paisaje natural. Podría ser el mar, un bosque, montañas, etc. Admire cada aspecto de esta naturaleza e identifique en ella la grandeza, la creatividad y los atributos de Dios a través de la creación.
Paso 3 – Meditar en las Escrituras: elija una sección de la Biblia para meditar, puede ser un capítulo completo o algunos versículos. Lea lentamente e imagínese dentro de la situación que se cuenta en la Biblia. Por ejemplo, puede tomar una parábola de Jesús como la del hijo pródigo (Lucas 15:11-32). Imagínese dentro de la historia, como si fuera uno de los personajes. ¿Cuáles serían sus sentimientos? ¿Qué aprende sobre uno misma en esta historia? ¿Y qué aprende acerca de Dios?
Paso 4 – Meditar sobre los eventos actuales: evalúe los eventos que han sucedido en el mundo y en su propia vida. Piense en lo que eso significa según la Biblia. Pídale a Dios que le dé sabiduría para comprender qué hacer o no hacer en cada situación.
Puede empezar a practicar durante 5 minutos y día a día aumentar el tiempo hasta 15 ó 20 minutos. Lo importante es practicar y aprender nuevas lecciones todos los días, llenando su mente de pensamientos buenos y verdaderos, como lo enseña la Biblia misma:
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
“Me encantaría ayudarte, pero de veras no puedo añadir más cosas a mi vida en este momento”.
Esa fue la respuesta que tuve que dar no hace mucho a alguien que me pidió ayuda, quería que fuera parte de un determinado comité. E hice algo que por muchos años no había podido hacer. Decir “no”.
Supongo que toma muchas horas de cansancio, estrés, y sobre todo análisis y reflexión para llegar a entender que decir “no” no es pecado ni tampoco el fin del mundo.
Antes de que pienses que es egoísta, cómodo y hasta poco espiritual decir que no, permíteme ahondar un poco más en el tema.
A mí siempre me ha gustado participar en muchas cosas. Creo que es algo intrínseco a mi personalidad. Desde niña ha sido así. Sin embargo, a medida que la vida avanza nuestro nivel de responsabilidad también aumenta y vale mucho que aprendamosel secreto de la gente verdaderamente exitosa: prioridades.
Somos responsables de nuestro tiempo. Muchas cosas pueden demandar nuestra atención, pero no todas pueden tener prioridad en nuestra lista. Muchas necesidades pueden reclamar tu tiempo, pero no has sido llamada a suplirlas todas.Lee eso otra vez.
Por alguna razón que todavía no he podido determinar bien, no sé si es cultural, social, un factor de crianza, etc., la tendencia general entre las mujeres es sentirse culpables cuando dicen “no” a una petición para asumir un rol más, participar de otro comité, asumir otro liderazgo, encargarse de cierta tarea, etc.
Libérate de esa carga. Decide, junto con Dios, qué cosas son prioritarias en tu vida y cuáles no. Aunque quizá alguien pueda decirte que tú eres la persona ideal para determinado cargo o ministerio, solo tú y Dios pueden decidirlo. Y además te digo que si no es algo a lo que Dios te está llamando, él no tiene ningún problema con que digas “no”. ¡Hasta Jesús tuvo momentos de escoger sus prioridades y decir “no”!
Otro punto importante, Dios no quiere soldados en su ejército que estén a punto de quemarse.
Moisés fue un gran líder pero su agenda estaba demasiado llena. Qué bendición que tuvo un suegro sabio que le dio un excelente consejo: delega, reparte, dale la oportunidad a otros. La historia puedes leerla en el capítulo 18 de Éxodo. Esto es algo más que debemos aprender. Cuando tenemos una responsabilidad y podemos compartirla con otros, hagámoslo. Desde lo más sencillo como las tareas hogareñas (que a veces creemos que nadie las puede hacer tan bien como nosotras), hasta el ministerio o el trabajo. Delegar es una marca de los buenos líderes. Cuando creemos que solo nosotros podemos hacer bien las cosas, tenemos un problema. Se llama perfeccionismo, muy emparentado con el orgullo. Vigilemos a esta zorra pequeña que lucha por infiltrarse.
Hace poco escuché esto: lo mejor que el diablo hace para que no hagamos lo que realmente Dios quiere que hagamos es mantenernos ocupados. ¡Muy cierto! A veces llenamos tanto nuestras agendas de actividad que no queda espacio para lo verdaderamente importante. El orden de prioridades en la Palabra de Dios es este: Dios, familia y ministerio/iglesia. Cuando ese orden se altera, más atrás vienen los problemas. Busquemos seguir ese orden y hacerlo con equilibrio.
Así que, independientemente de lo que otros digan, ¡se vale decir «no»!
En estos momentos que hemos vivido de confinamiento, he visto la mano de Dios actuando de manera extraordinaria. En nuestra comunidad de fe, nos hemos reunido a diario para orar por personas enfermas, falta de trabajo, salvación, etc. Hemos visto la mano de Dios actuar. Como nunca antes, debemos depender del Señor, aprender de Él y verle en acción.
El mundo espiritual es real y hay fuerzas del bien y del mal batallando. Nosotros estamos del lado vencedor cuando nos aliamos con Dios en oración. Él quiere mostrarnos facetas de Su personalidad mientras pasamos tiempo con Él.
Os invitamos a visitar nuestro blog MUJERES QUE ORAN para participar con nosotras y enfocarnos en las promesas y clamar juntas por todas estas bendiciones ya prometidas en la Biblia. En especial en el día de hoy, oramos por nuestros hijos y por las generaciones venideras. No dejes de orar por tu descendencia. Dios nos promete bendiciones. Copio la publicación de hoy en MUJERES QUE ORAN:
Promesa 14: Lucas 1:50
Nunca cesemos de orar por nuestros hijos, nietos, bisnietos y todas las siguientes generaciones hasta que Cristo venga por su iglesia.
El Señor proporciona al justo muchas promesas sobre las generaciones futuras. Podemos confiar en que Dios es fiel y lo hará. Puede que hoy no lo puedas ver, pero mira con los ojos de la fe, confiadas en lo que Dios ha dicho:
Poderosa en la tierra será su descendencia; la generación de los rectos será bendita.
Salmo 112:2
Proclamemos con nuestras palabras, vivamos por fe y no de oídas. Hoy, nuestros hijos pueden estar perdidos, pero fiel es Dios para salvarles por amor a Su Palabra. Continúa firme, orando por todos aquellos que vendrán después de ti, vive una vida piadosa, sé ejemplo y espera. Dios salvará a tus hijos, y tu descendencia será bendita.
Señor, oro por mis hijos. Que te conozcan como Salvador y Padre. Que puedan amarte y servirte hasta que tú vengas. Que tu bendición pueda estar con mi familia. Guárdanos de los ataques de nuestro enemigo que anda como una león devorador. Sabemos que él viene a matar, robar y destruir. Nosotros proclamamos palabras de vida, restitución y edificación. De ti viene todo lo que es bueno y clamamos por tus beneficios sobre mi familia presente y descendientes. En tu nombre oro, Jesús.
Me gustaría hablar un poco sobre cómo ser Asertivo en nuestra vida personal y en nuestras relaciones personales, ya que la falta de asertividad ha llevado a mucha falta de comprensión y rupturas de relaciones.
La persona de estilo Asertivo habitualmente actúa de forma que respeta a los demás y a sí mismo cualquier forma de pensar, sentir y actuar. O sea respetar al prójimo y a sí mismo.
La Persona de estilo Pasivo habitualmente actúa de forma que no respeta sus propios derechos. O sea, permite que los demás le pisen, no defiende sus intereses y hace lo que le dicen sin importar lo que sienta o piense a respecto. La ventaja de ser una persona pasiva es que raramente es rechazada directamente por los demás; la desventaja es que los demás se aprovechan de ella y se acaba por acumular una pesada carga de resentimiento, irritación y hasta ira. La forma de pensar de una persona pasiva es la de víctima indefensa.
La persona de estilo Agresivo habitualmente actúa de forma que no respeta los derechos de los demás. En general las personas agresivas piensan que siempre sufren la injusticia de los demás, la culpa siempre la tienen los otros que le irritan y que le sacan de quicio. En eso se parece a los pasivos/as, pero los pasivos suelen guardarse lo que piensan y sienten y no reaccionar. A la persona agresiva no le avergüenza lo más mínimo insultar, pelear, acusar, amenazar y todas aquellas actitudes de falta de respeto a los demás, no teniendo en cuenta lo que piense o sienta al respecto. La ventaja de este comportamiento es que nadie pisa al agresivo/a, la desventaja es que nadie lo quiere cerca.
El entrenamiento asertivo ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la depresión (70%), del resentimiento y de la ansiedad derivados de las relaciones personales, especialmente cuando tales síntomas han sido provocados por situaciones injustas. A medida que el individuo vaya volviéndose más asertivo, empezará a reclamar el derecho a sentirse más relajado y a ser capaz de dedicar tiempo sólo para sí mismo.
Antes de empezar a desarrollar una conducta asertiva, hay que tener bien claro el hecho de que tanto el estilo de conducta agresivo como el pasivo, generalmente no sirven para lograr lo que se desea. Por esto, el estilo asertivo nos ayuda a mejorar nuestra relación con uno mismo y con los demás.
No te dejes vencer por el mal; al contrario vence el mal con el bien.
Romanos 12:21
Os dejo una receta, servida en la boda de Paty, mi hija, y Martín:
Pastelitos de leche condensada:
1 Lata de leche condensada pequeña
2 Cucharas sopera de margarina
2 Cucharas soperas de chocolate
Colorantes alimenticios en pasta de colores, rosa, azul u otro color de su preferencia
Fideos de chocolate
Preparación:
En un cazo poner la margarina y llevar al fuego medio, cuando se derrita añadir el chocolate, la leche condensada y mezclar. Seguir removiendo hasta que se despegue de la olla. Verter en un plato previamente untado con margarina.
Si eliges hacerlos de color rosa, no uses chocolate. Poner con un palillo poquita cantidad de colorante rosa cuando ya esté apareciendo las burbujitas, remover, dejar hasta que se despegarue y verte en un plato untado con margarina.
Esperar enfriar y untar las manos con margarina. Hacer las bolitas. Pasar por los fideos de chocolate o azúcar glas y poner en los moldes de papel!
No nos gusta esperar. Eso creo que ha quedado establecido claramente en nuestra cultura, no importa dónde vivamos. En una u otra medida preferimos, si podemos, evitar la espera. Pero el otro día, mientras leía un pasaje muy conocido de la Biblia, saltaron a mi vista dos cosas que Dios nos dice para los tiempos de espera.
El pasaje en cuestión es Salmos 27:14.
“Espera al Señor;
esfuérzate y aliéntese tu corazón.
Sí, espera al Señor.”
Este es un salmo de David, alguien que vivió de primera mano la experiencia de tener que esperar en Dios. A veces se nos olvida que entre el momento en que Samuel lo ungió como próximo rey de Israel y su llegada oficial a ese puesto, pasaron años. No días, no meses, ¡años! Aproximadamente 15 años. En ese lapso le tocó seguir lidiando con hermanos que lo menospreciaban, pastoreando ovejas, huir como fugitivo víctima de los celos de Saúl, y muchas otras cosas más.
Me pregunto cuántas veces batalló porque su corazón se desanimaba ante la espera que no terminaba. Supongo que fue justo en uno de esos momentos cuando escribió las palabras que hoy conforman este salmo y donde encontré las dos piedras preciosas que quiero compartir contigo. ¡Veamos!
El versículo que cité contiene cuatro verbos en forma imperativa, es decir, como una orden. Uno de ellos se repite dos veces: espera (2 veces), esfuérzate y aliéntese. Normalmente cuando repetimos algo es porque queremos que quede claro, que la otra persona lo recuerde o que podamos nosotros mismos memorizarlo. Así que dos veces nos dice: ¡Espera! Pero no es esperar por esperar, no, el pasaje dice “espera al Señor”. En la vida cristiana no esperamos a que “el tiempo todo lo resuelva”, ni a que “las cosas caigan por su propio peso”. Cuando conocemos a Dios sabemos que él tiene su propio horario y, por tanto, esperamos en él: en su soberanía, en su sabiduría, en su provisión, en su cuidado, en su protección.
Cuando la Biblia te diga “espera en Dios”, es un recordatorio de que él está pendiente de tu situación porque el Padre no se olvida de los hijos (Hebreos 13:5).
Sin embargo, el versículo continúa indicándonos otras dos acciones; la primera, esfuérzate. ¿Parece contradictorio? Por un lado, nos dice que esperemos, y por otro, que nos esforcemos. Creo que si vemos el pasaje en otra versión podemos tener una idea más clara. Mira cómo lo dice la Reina Valera Contemporánea:
“¡Infunde a tu corazón ánimo y aliento!”
En los tiempos en que nos corresponde esperar nuestro corazón es propenso a desanimarse, a perder fuerzas, pero la Palabra nos dice, y hago una paráfrasis: inyecta a tu corazón de ánimo, dale aliento. Mi querida lectora, es posible que ahora mismo tú estés necesitando una dosis extra de estas dos medicinas. ¿Cómo puedes animarte y cobrar aliento si todo a tu alrededor luce sombrío? ¡Corre a la Palabra de Dios! Ahí está la medicina, y en dosis abundantes. El mismo salmo 27 está lleno de ánimo y aliento. Mira, por ejemplo, los versículos 1 y 13:
El Señor es mi luz y mi salvación;
¿a quién temeré?
El Señor es la fortaleza de mi vida;
¿de quién tendré temor?
Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que
había de ver la bondad del Señor
en la tierra de los vivientes.
Esfuérzate recordando las promesas de Dios; buscando su consuelo, su esperanza, su fuerza. Dale aliento a tu corazón con ese combustible que nunca se agota. Cualquier otra cosa a la que acudas en los momentos de espera o dificultad resultará temporal o insuficiente, pero la Palabra del Señor es nuestro sustento seguro (Salmos 119:28).
Vivir como Dios lo diseñó es aprender a esperar en él.
¿Qué bendiciones inesperadas te han sucedido debido a la cuarentena de Covid-19?
En California, nuestro gobierno nos ordenó «refugiarnos en casa». Se nos permitía salir, pero hasta este fin de semana, no podíamos ir a lugares públicos excepto por necesidades «esenciales». Es un sistema más basado en el deber cívico que en la supervisión de la policía.
He oído que a mis amigos en España, Italia, China y otros países ni siquiera se les permitió salir hasta hace poco, y que la policía podían multarlos o arrestarlos por no respetar las normas. Nos hemos quedado en casa, por supuesto.
Aunque he derramado muchas lágrimas por extrañar a mis padres, mis planes cancelados, mi soledad y mi hijo mayor que tuvo que abandonar la escuela, el Señor nos ha bendecido durante este tiempo. De repente, nuestra familia ha tenido mucho tiempo para estar juntos.
Aprendí a editar vídeos y publicarlos en la red para nuestra iglesia, ya que no podemos reunirnos en persona. Tenemos un nuevo gatito: Mi dieta ha sido más saludable que antes, mi casa está casi organizada y mi jardín se ve mejor que nunca en mi vida.
Uno de los proyectos en los que mis hijos y yo trabajamos juntos fue crear un Jardín de Hadas. Utilizamos piedras planas, tres arbustos y una área que de otro modo no se usaría para crear este jardín juntos.
En los últimos meses, hemos visto los pequeños arbustos hojear pequeños árboles en miniatura, y cavamos un sinuoso «arroyo» para regar el jardín. Podamos los arbustos para mantenerlos bonitos y saludables.
El jardín en marzo, cuando todo empezó.Mi hija Juanita de 5 años al lado del jardín en mayo.La «corriente» que trae agua a nuestros pequeños arbustos como la palabra de Dios riega nuestras vidas en el Salmo 1: 3
Creo que quizás Dios también me está podando durante este tiempo. Él usa cuarentenas, tragedias, dolor y lágrimas para convertirnos lentamente en las personas que Él quiere que seamos.
Y una y otra vez me recuerda que Jesús es suficiente. Le agradezco sus bendiciones durante la cuarentena, le agradezco por podarme y le agradezco por hacernos a mí y a mi familia como un árbol plantado por corrientes de agua.
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley del Señor está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.