
En la vida jugamos muchos roles: muchas veces tenemos el papel de hija, de hermana, amiga, trabajadora, etc. y al final del viaje que supone el embarazo nace un hijo, pero también una mujer con un nuevo rol que tiene que asumir: el rol de ser madre.
Al ser madres, nuestras prioridades, pensamientos y emociones cambian.
La maternidad supone toda una revolución a nivel biológico, psicológico y emocional. Dejamos de ser la mujer que éramos para transformarnos en una renovada. El ser madres es un rol que se construye, y no por ser madre, se sabe ser madre.
Este cambio comienza a hacerse patente en el embarazo, ya que los cambios físicos no son solo los que se ven a simple vista, sino que también nuestro cerebro «cambia» para adaptarse a ese nuevo ser.
Este camino de transformación no es fácil. En este viaje le damos la bienvenida a un mundo lleno de ternura, de juego, pero también desconocido y de descubrir un amor tan grande que es difícil de explicar.
Supone también una nueva conexión con la propia madre, también reconvertida en abuela, y con las demás madres.
Ser madre significa muchas veces…
• Equivocarse, es posible que no tengamos todas las respuestas.
• Confiar en ti para saber cómo hacer cosas que tal vez no sepas hacer, cómo hacer cosas de las que quizás nunca hayas oído hablar.
• Que el pánico, la preocupación y el estrés te aparecerán.
• Que volverás a ser feliz con dulces sonrisas, suaves manos pequeñas y los abrazos más cálidos.
• Ensuciarse, ser puesto a prueba y, sobre todo, darse cuenta de que el amor por un hijo puede expandirse por encima de cualquier tipo de obstáculo.
• Enseñarle a tu hijo reglas y roles importantes para la vida, desde ser una persona empática, así como aprender a ser responsable de sus acciones.
• Querer aprovechar y exprimir cada momento al máximo.
• Tener sentimientos encontrados al ver cómo tus hijos crecen, sintiendo dicha y nostalgia cuando avanzan dando pasos de gigante por la vida.
Lo que sucede durante ese camino de transformación es único y personal, pero seguro que tú también has sentido ese poder movilizador que tiene la maternidad.
“Enseñaras a volar, pero no volaran tu vuelo. Enseñaras a soñar, pero no soñaran tu sueño. Enseñaras a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo…, en cada vuelo, en cada vida, en casa sueños, perdurará siempre la huella del camino enseñado”.
-Teresa de Calcuta-
No mezquines nada de afecto, valores, ni de tiempo. Ama sin moderación. De lo material se olvidan. Del tiempo y de vos no.
Versículo:
“Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”.
–Salmos 90:12–
Y ahora te comparto una receta para que puedas hacer junto a tus hijos y acumular tiempo con ellos.
Muffins del amor
Ingredientes:
– 1 huevo
– 1 taza de zanahoria rallada
– Ralladura y jugo de una naranja
– Azúcar mascabo (integral)
– ½ taza de aceite (puede ser de girasol o oliva)
– 2 tazas de avena integral (podes usar también harina integral o harina 000, la que tengas, menos refinada mejor)
– 1 cucharada de te de polvo de hornear
– Frutos secos cantidad a gusto

Modo de preparación:
Batir el huevo, con el azúcar, el aceite y ralladura de naranja hasta que quede una preparación algo homogénea.
Luego agregas la ralladura de zanahoria, mezclas y vas integrando poco a poco la harina con el polvo de hornear, alternando con el juego de la naranja, hasta que queden bien integrados los sólidos.
Podes agregar frutos secos, si son de tu agrado.
Colocas en moldes individuales, previamente pincelados con aceite.

Entre los muffin, aparece un muffin verde, es porque a pedido de mi hija le pusimos colorante comestible azul. Tiene algún aporte nutritivo? NO, pero el recuerdo de haber cocinado juntas, no se lo borra nadie.




















