La Biblia, La Pascua, La Semana Santa

Meditación del Viernes Santo

Hoy es el día en el que celebramos un triste acontecimiento, pero no podemos dejar llevarnos por la tristeza, pues esta historia tiene un final feliz.  La muerte que parecía haber vencido, fue derrotada … y por medio de ello, nosotros podemos vencer. 

Tenemos una presencia importante en esta historia.  

En primer lugar, estábamos en Su mente cuando le azotaban, lo hizo por nosotros …

En segundo lugar, por medio de su muerte tenemos un regalo, la vida eterna, que debe ser aceptada de manera personal.

¿Qué harás con tal regalo?  

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lc 19:10).

¿Lo aceptarás? 

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Ro 6:23).

¿lo rechazarás? 

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo sea salvo por él. El que cree en él no es condenado; pero el que no cree ya ha sido condenado porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios (Jn 3:17-18).

¿Cuál camino elegirás?

12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; (Juan 1:12)

¿Qué harás con tal amor?  Escucha la canción y medita en este gran regalo que nos e ofrecido, su muerte y resurrección, que abre camino para una eternidad con Él.

Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree,
no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo
para condenar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por él.

Juan 3:16-17

Equipo Dulce Fragancia

Espiritualidad, La Biblia, La Semana Santa

La Última Cena y ¿de qué nos alimentamos?

Hoy quisiera abordar 3 temas relacionados con la alimentación:

  1. mi alimentación física
  2. mi alimentación espiritual
  3. Jesús me invita a una cena

Hoy quisiera hablar con vosotros sobre los alimentos en general. En estos días de cuarentena es muy importante desarrollar una disciplina en todas las area. Es muy importante tener una rutina acondicionada a nuestra vida personal:

  1. cuidado personal: es importante sentirte bella. Cuida de tu pelo, de tu piel, de tus uñas. Son cosas pequeñas que te pueden ayudar mucho a verte bien, eso tiene mucho que ver como tratas a los demás.
  2. cuida de tu pareja: con los horarios tan cambiados, todos juntos todo el tiempo, se hace difícil tener un tiempo en pareja. Yo os animo a tratar, aunque sea tomando un snack a la 1 de la mañana, que celebréis vuestra relación. Son las cosas pequeñas que cuentan al final. Se creativa al hacer que tu pareja se sienta especial en medio de todo eso. Los dividendos vendrán …
  3. cuida de los niños: son tantas las necesidades en estos días. Los niños en casa, los deberes, sus necesidades emocionales, sus necesidades físicas de moverse, jugar, etc. Haz un plan.

SI APUNTAS A LA NADA, SEGURAMENTE LO ACIERTAS.

Hay que ser proactiva en todas las áreas de la vida. Hoy quisiera que nos enfocáramos en nuestra alimentación. Dado que es el día en que se celebra la Última Cena, pensé que este pudiera ser nuestro enfoque.

Nuestro cuerpo físico refleja lo que comemos. ¿Has notado como la piel muestra si hemos estamos comiendo chocolatinas u otras golosinas no tan saludables? Algunas tendrán la suerte de que no, pero a la mejor puede mostrarse en algunos kilitos de más, y más allá, quizás un poco en el subconsciente, hasta nuestras emociones pueden resquebrajarse. En lo íntimo sabemos que no lo estamos haciendo bien y el efecto dominó empieza:

COMEMOS MAL – NOS SENTIMOS MAL – NUESTRO AUTO ESTIMA SUFRE – TRATAMOS A LOS OTROS REFLEJANDO CÓMO NOS SENTIMOS.

Podemos y debemos, en estos tiempos, romper los moldes.

CUIDAR LO QUE COMEMOS – SENTIRNOS MEJOR – UN AUTO ESTIMA BALANCEADA – TODOS DISFRUTAN DE UNA PERSONA MÁS AGRADABLE

La Biblia misma nos enseña a hacerlo, en este texto de Pablo a los creyentes en Corinto. Era una ciudad muy inmoral y cometían muchos pecados carnales. Seguramente, entre ellos, el comer mal y no cuidar de nuestro cuerpo no le agrada a nuestro Creador.

1 Corintios 6:19-20

¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.

Esta misma relación de CAUSA Y EFECTO puede transferirse a nuestra vida espiritual. Somos lo que «comemos». No podemos esperar tener una vida espiritual sana si no nos estamos alimentando de «alimentos sanos»

PREGUNTA: ¿DE QUÉ ESTAMOS ALIMENTANDO NUESTRAS MENTES EN LA CUARENTENA?

Hay mucho en lo que solemos poner nuestra atención, para distraernos, como las series televisivas, las noticias (aún que sean tristes), los mensajes de whatsapp, Internet en general.

NO HAY MAL INTRÍNSECO EN CADA UNA DE ESTAS COSAS. Todo esto, con moderación y algún filtro, puede ser bueno. PERO – hay que priorizar nuestro tiempo.

LA BIBLIA- LA PALABRA DE DIOS – UNA CARTA DE DIOS A NOSOTROS

Cuando recibimos buenos o malas noticias de un ser querido, por carta u otro tipo de mensajería, se nos cambia el día, ¿verdad?

Así es cuando empezamos a leer la Biblia, la carta de Dios a nosotros. Una carta de amor, sin duda.

  • nos sentimos amados

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito[a], para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna.nos sentimos deseados por quienes somos. Juan 3:16

  • empezamos a encontrar propósito para nuestra existencia

Pero yo te he levantado para este mismo propósito, para mostrar mi poder y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra” (Éxodo 9:16).

  • queremos relacionarnos con Dios

“Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Fil 2:13

  • tenemos esperanza en la eternidad

Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno. 2 Corintios 4:18

  • nuestros días pasan a ser vividos en Su compañía

Andaré entre vosotros y seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Levítico 26:12

AHORA QUE SABEMOS LA GRAN IMPORTANCIA DE COMO ALIMENTAMOS NUESTRA MENTE Y CORAZÓN, COMPARTO ALGUNAS IDEAS PRÁCTICAS PARA ASEGURARNOS DE QUE NOS «ALIMENTAMOS BIEN»

  1. Yo empiezo cada día con la Biblia y oración. No es siempre igual, pero siempre tengo en mente que es lo primero en mis prioridades. A veces fallo y sé que Dios entiende. Lo importante es que si es una práctica en tu vida, va a influir el el resto del día. Es como comenzar el día con unas gafas especiales y todo lo demás pasa por el filtro de lo que has leído.
  2. La práctica de la oración es importante. Es una respuesta en esta conversación con Dios. Él nos habla por su Palabra y nosotros respondemos a través de la oración. Este diálogo puede y debe durar todo el día. La Biblia dice: ¡Orad sin cesar!
  3. Es una buena práctica filtrar los programas, películas y series que vemos. Algunas son entretenidas y pueden servir para el importante propósito de relajarse. Otras infunden valores no deseados en nuestra mente, en nuestro corazón … y ojo, nuestros hijos también seguirán nuestro ejemplo.
  4. Busca una actividad de relax que te pueda ayudar a meditar en la palabra de Dios: escuchar música, las manualidades, leer, etc. Yo utilizo el arte (a mi manera y muy libremente) para pensar y absorber las verdades de la Biblia.

VAMOS A ENFOCAR NUESTRA ATENCIÓN EN LA ÚLTIMA CENA

Jesús organiza una cena para sus discípulos. Era un momento en que quería darles las últimas instrucciones. Fue todo un evento de amor en que Jesús, empezando por lavar los pies de los discípulos, continuando por una cena llena de instrucciones, preguntas y respuestas. La lectura de este evento es preciosa, llena de mucha enseñanza sobre la vida espiritual siguiendo a Jesús.

Hago un paréntesis: las comidas en familia son oportunidades únicas para infundir nuestros valores a nuestros hijos. Nosotros tenemos muchos recuerdos de cenas veraniegas, estando hasta la medianoche hablando de la Biblia y lo que significa con nuestros hijos. Tenemos la responsabilidad de enseñarles como dice en la Biblia:

y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;

y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. – Deuterononio 6:7-9

Puedes leer todo el texto la cena con conversación de Jesús con sus discípulos en Juan 13-17. Comparto algunas de las muchas enseñanzas de este día, hay tantas:

  • Jesús empieza por lavar los pies de los discípulos: gran ejemplo de humildad. Como él hizo con los discípulos, nosotros debemos hacer los unos con los otros.

17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

Juan 13:17
  • La importancia de que demostremos el amor de Jesús los unos a los otros.

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.

35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Juan 13:34
  • Nos promete que estaremos con él todo la eternidad.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Juan 14:1-3
  • Jesús nos promete que como sus seguidores haremos las mismas obras que Él hace a través de la oración

12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.

13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Juan 14:12-14
  • Nos ha prometido la ayuda eterna del Espíritu Santo, que actuando en nosotros no nos dejará huérfanos

16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:

17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

Juan 14:16-18
  • La necesidad que vivamos conectados a Jesús, como la vid y sus pámpanos

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Juan 15:5
  • El Señor nos ha elegido para que llevemos fruto, no nosotros a Él (Dios está en busca de nosotros – canción recomendada: Amor sin condición

16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Juan 15:16
  • Jesús oró por nosotros. Oró por todos que un día iban a creer en Él por el testimonio de su pueblo. Tú eliges hacer parte o no de este grupo de personas que le siguen y recibir la bendición de su oración.

20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,

21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

Juan 17:21

COMO DICHO ANTERIORMENTE, HAY MUCHÍSIMO QUE APRENDER DE ESTE GRAN DISCURSO DE DESPEDIDA. Esto solo son algunos ejemplos.

Ahora me gustaría comentaros sobre dos otras cenas que Jesús menciona en la Biblia:

  1. Un día podremos estar con Cristo por toda la eternidad. Él nos promete una cena de bienvenida, en la casa del Padre.

29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

Mateo 26:29

20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Apocalipsis 3:20
Holy Ghost School: Behold I stand at the door
Enlace

2. Esta cena es la cena clave. Jesús nos invita a esta relación de amor, y nos dice que nos está buscando. Él nos habla constantemente por las circunstancias, pensamientos y personas. Su Palabra es su carta. La Biblia es un libro vivo, cuando la lees, ella te lee a ti. Haz prueba de ello tú misma. Te recomiendo empezar a leer el evangelio de Juan: EVANGELIO DE JUAN … Él nos busca, está tocando a nuestra puerta. Lo interesante de esta puerta es que solo puede ser abierta por dentro. Solamente tú, puedes invitarle a tu casa, tu corazón. Él promete entrar y «cenar contigo» lo que representa tener plena comunión. ¿Quieres una vida de plena comunión con Dios? ¿Buscas algo para llenar un vacío en tu vida? ¿Tienes inquietudes y no encontrar respuestas?

JESÚS ES VIDA Y ÉL BASTA.

HAY UN VACÍO EN NUESTRA VIDA QUE SOLAMENTE PUEDE SER LLENADO POR JESÚS.

LAS INQUIETUDES SON PUESTAS POR DIOS PARA QUE BUSQUEMOS LA VERDAD.

Con Cariño,

Mara

Celebración, La Biblia, La Pascua, La Semana Santa

La Última Cena y ¿qué comieron?

La comida … Tantas recetas que compartimos aquí …

Todo esto muestra la importancia de lo que es comer juntos.  Cuando te sientas a la mesa con alguien, te relajas y disfrutas de una buena conversación.  En nuestra casa, en las comidas en que logramos estar juntos, allí ocurren las mejores conversaciones con nuestros hijos. 

Como mujer y cocinera por afición, a veces me pongo a imaginar lo que había en la mesa en aquella noche. Abajo comparto un supuesto menú de aquella noche y enlace a las recetas si quieres hacerlo para celebrar hoy o algún otro día.

Foto: Pinterest

Jesús celebró una cena con sus discípulos en sus últimos momentos antes de la cruz.  En esta cena deja instrucciones y nos invita a reunirnos para celebrarle.  Hoy en día sus instrucciones han sido seguidas e interpretadas de maneras diferentes por las distintas iglesias cristianas.  Al leer en la Biblia este evento se ve que era un momento relajado, de recogimiento, donde Jesús deja instrucciones, pensamientos, enseñanzas importantes y especialmente se nota el amor, aun por aquel que le habría de traicionar. 

Foto: Pinterest

Estas instrucciones para que nos reunamos en su nombre y participar de una «cena» pueden tomar muchas formas, lo importante es que sepamos que estamos reunidos para pensar en su herencia para nosotros: su vida, muerte y sacrificio por nosotros.   Las instrucciones fueron dejadas a Su iglesia.  Cuando hablo de Iglesia de Cristo me refiero a sus seguidores por todo el mundo, no me refiero a una institución ni a un determinado espacio entre cuatro paredes. El Apóstol Pablo nos deja instrucciones más específicas en 1 Corintios 11:23 -34

¿Qué comieron? Hay algunas teorías.  Los historiadores se basan en las costumbres culturales y religiosas del momento. Llegan a la conclusión que muy probablemente el menú era:  hierbas amargas, cordero, pan ácimo, vino, frutas y nueces.
Os dejo la receta del Pan Ácimo.  En este enlace puedes ver todo el menú y la manera de prepararlo: Puntadas Deliciosas

Foto: Pinterest

Ingredientes para Pan ácimo:

1/2 Kilo de harina integral,
1 vaso y medio de agua templada,
aceite de oliva
2 cucharaditas de sal.

La preparación del pan ácimo:

En un cuenco ponemos la harina y le damos forma de volcán.
En el cráter echamos el agua templada y 2 cucharadas de aceite.
Amasamos durante unos 15 minutos, poniendo si hace falta sobre el mármol con un poco de harina espolvoreada por encima.
Formamos una bola y dejamos reposar envuelto con un paño durante al menos una hora.
Precalentamos el horno a 220º.
Después del reposo separamos porciones y las aplastamos en el mármol con un rodillo formando láminas de medio centímetro de espesor aproximadamente.
Colocamos las láminas en la bandeja de horno espolvoreada con harina y las pintamos con aceite de oliva. Cocemos durante 15 ó 20 minutos.

Espero que os guste,

Mara

Crecimiento Espiritual, Espiritualidad, La Biblia, La Pascua, La Semana Santa

Un Salmo para la Semana Santa en cuarentena

La Biblia se refiere a Jesús como un cordero que da su vida por nosotros. También la Biblia se refiere a Él como el Buen Pastor que nos lleva por pastos verdes, nos busca cuando nos perdemos y camina con nosotros en «valle de sombra de muerte».

Durante esta cuarentena, recomendamos la lectura de Salmos y Proverbios. Hay 31 Proverbios, ¡uno por cada día del mes! Los Proverbios ayudarán mucho en la vida en casa, pues nos da muchas instrucciones para la convivencia.

Hay muchos Salmos y puedes leer varios al día. Hoy nos quedamos con este muy conocido, que nos traerá paz y aliento en momentos difíciles. Abajo encontrarás dos enlaces para que hables con los niños al respecto y una versión cantada muy bonita.

Salmo 23

Salmo de David.

El Señor es mi pastor, nada me falta;
    en verdes pastos me hace descansar.
Junto a tranquilas aguas me conduce;
    me infunde nuevas fuerzas.
Me guía por sendas de justicia
    por amor a su nombre.
Aun si voy por valles tenebrosos,
    no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
    tu vara de pastor me reconforta.Dispones ante mí un banquete
    en presencia de mis enemigos.
Has ungido con perfume mi cabeza;
    has llenado mi copa a rebosar.
La bondad y el amor me seguirán
    todos los días de mi vida;
y en la casa del    habitaré para siempre.

Mara

Celebración, Familia, La Biblia, La Pascua, La Semana Santa

Domingo de Ramos para los niños «in English»

Aunque estemos en cuarentena, podemos celebrar la Semana Santa. Con menos distracciones quizás, podremos enfocarnos en el significado de lo ocurrido aquellos días. Empecemos por enseñar a los niños de una manera divertida ¡in English!

Hemos pensado que podemos ver la historia del Domingo de Ramos con los niños y aprender un poco de inglés, o por lo menos revisarlo.  El video tiene un nivel un tanto bajo y de fácil entendimiento.

Os proponemos este orden:

  1. leer (tú sola para entender mejor o con los niños para que tengan una base de fondo): Lucas 19
  2. leer y repetir estas palabras-frases (las ponemos en seguida) para que al ver el video las puedan reconocer.
  3. ver el video en inglés
  4. si no han entendido y tu propósito, más que el inglés, es que aprendan, os ponemos la misma historia en otra versión en español.

Aquí ponemos algunas palabras o frases clave incluidas en el video, para que al oírlas, las podáis entender:

1) God’s story – La Historia de Dios

2) Palm Sunday – Domingo de Ramos

3) Rescue/Rescuer – Rescate/Rescatador: esta palabra es utilizada para explicar que nosotros somos pecadores y necesitamos alguien que nos rescate de nuestra condición.  Jesús, con su muerte en la cruz y resurrección nos rescata y nos adopta en la Familia de Dios.  Él, en verdad, es el héroe que los niños y nosotros buscamos.

4) A young donkey – un borrico joven

5) Obey – obedecer

6) Disciples – Los Discípulos

7) Crowds of people – la multitud de gente

8) Path – camino

9) Coats and branches – abrigos y ramos

10) Yelling – gritando

11) Amazing rescuer – un rescatador increíble

12) Blessed is the King who comes in the name of the Lord – Bendito es el Rey que viene en el nombre del Señor.

13) Peace in heaven and gloria in the highest – Paz en los cielos y gloria en las alturas.

14) If they keep quiet the rocks will cry out – Si se callan (refiriéndose a las personas, en respuesta a la acusación de los que le perseguían), las piedras clamarán.

Si al enseñar a vuestros hijos tenéis alguna duda sobre esta historia, contactádnos y trataremos de responder o buscar la respuesta juntas.   Y si prefieres verlo en español, hemos encontrado este video:

¡A aprender English!

Mara

Crecimiento Espiritual, Crecimiento Personal, Espiritualidad, La Biblia

La vida en cuarentena

Nota: editorial: Artículo publicado originalmente en wendybello.com

Hace apenas un par de semanas lo que hoy vivimos no pasaba por la mente de nadie, en nuestro mundo occidental. Las noticias de lo que ocurría en China eran solo eso, algo que sucedía a miles de kilómetros, pero sin afectar a nadie más.

Huelgan las explicaciones, hoy todos estamos viviendo la misma pesadilla, por decirlo de alguna manera. Esta pandemia y sus efectos eran algo que solo habíamos visto en películas, jamás imaginamos que se convertiría en nuestra realidad; pero lo es. Ayer estuve en el supermercado y los anaqueles vacíos, las personas usando máscaras y guantes, la distancia entre unos y otros, los rostros asustados me recordaron que no estaba soñando ni viendo una película futurista. ¡Era real!

Las redes sociales compiten por nuestra atención con noticias que a veces no sabemos si quiera si son ciertas. Muchos proponen supuestos métodos de protección para evitar el contagio. Circulan videos que nos dejan sin palabras. Los gobiernos tratan de encontrar soluciones que disminuyan el avance del ya relevante Covid-19, mientras que en Twitter las guerras de opinión no cesan.

Ante todo este cuadro surgen preguntas que en realidad todavía no tienen respuesta, y quizá no la tendrán por mucho tiempo. Pero la vida continúa, ¿cómo lo hacemos? ¿Cómo se vive cuando el mundo está al revés, cuando el futuro parece tan borroso?

Bueno, yo no tengo una respuesta con solución a muchos de los problemas que enfrentamos por este virus, pero sí puedo compartirte lo que dice Dios para cualquier situación: vivimos un día a la vez. A lo mejor te preguntas dónde está eso en la Biblia. Ven conmigo a Mateo 6 y veamos estas 4 verdades.

«Por tanto, no se preocupen, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?”. Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que el Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Pero busquen primero Su reino y Su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas.» (31-34)

No preocuparnos es un mandato que tenemos los que estamos en Cristo. No es opcional. De hecho, la Biblia lo repite una y otra vez, de diferentes maneras: «no estén afanosos, no estén ansiosos, no se preocupen»… Y sí, la preocupación puede llegar en un momento, y llegará porque nuestra naturaleza humana caída está sujeta a todas estas cosas, pero la preocupación no debe dominarnos. ¿Por qué?

Porque nuestro Padre celestial está al tanto de nuestras necesidades, Él lo sabe. Aquí es donde nos frustramos porque nuestra lista de necesidades muchas veces es más bien una lista de deseos. Jesús en este pasaje nos está diciendo que Dios nos dará todo lo que necesitemos. Y sabes, ¡qué bueno que es así!, porque en muchas ocasiones nuestros deseos provienen de un corazón torcido, que no sabe bien lo que quiere y mucho menos lo que necesita. En tiempos como estos, tenemos que descansar en que Él sabe, está al tanto.

En lugar de preocuparnos por estas cosas, pongamos la mirada en el reino de Dios. Ahora que tenemos tanto tiempo en nuestras manos es un buen momento para meditar en lo que realmente consume mi mente, mis esfuerzos, mis metas. ¿Realmente vivo para el reino de Dios? Pensar en cristianos de tantos lugares con carencias y persecución me recuerda lo que en verdad es vivir para el Reino y con el Reino como meta. En este pasaje Jesús deja claro que ésa debe ser nuestra prioridad; de todo lo demás, Dios se encargará.  Y, por tanto…

Vivamos un día a la vez. Eso es lo que enseña el versículo 34. El día de hoy es lo que tenemos. Ayer pasó, mañana no está en nuestras manos. El Señor nos regala este día que Él ha hecho, para buscar Su reino, para buscar Su gloria. Y también para cuidar de nuestra familia, para hacer nuestro trabajo o lo que sea que ahora podamos hacer, un día a la vez.

Así que, mi querida lectora, quisiera que meditáramos en estas cuatro verdades, y que decidamos no solo escuchar la Palabra, sino obedecerla. Vivir un día a la vez no solo nos ayudará en este tiempo de aislamiento, cuarentena e incertidumbre, sino que estaremos viviendo de la manera en que Cristo nos llamó a hacerlo.

Quiero también que sepas que desde mi casa aquí en Florida estamos orando por el pueblo de Dios en cualquier rincón del mundo, para que no desaprovechemos la oportunidad que el Señor nos está dando de buscar más Su rostro, ser luz en medio de esta oscuridad, y recordar, o reconocer, que Él gobierna, Él reina y nada le toma por sorpresa. Su amor no cambia y nada nos puede separar de Él, aunque tengamos que vivir una pandemia.

Te comparto esta buena noticia: RECURSOS GRATIS DE LIFEWAY PARA EQUIPARTE: Haz clic aquí y usa el código EQ0330 para los cursos que tengan un costo.  

Vivamos un día a la vez, ¡Dios es bueno! 

Wendy

Crecimiento Espiritual, Crecimiento Personal, La Biblia

Las Crisis, escrito por Lidia Martín (libro) – parte 2

Diez  realidades bíblicas ante las crisis

(Para ver la primera parte pinchar aquí)

Ayer comentábamos algunos aspectos relacionados a nuestra forma de reaccionar ante las crisis como humanos que somos. Pero llegados al punto álgido de por qué a mí, por qué Dios permite que sufra, la autora nos reta con la siguiente frase: “puede ser más enriquecedor darnos cuenta de que solos no podemos y que debemos mirar más arriba en busca de otras fuentes de ayuda más eficaces” (página 100) . Por lo tanto, la crisis acaba por convertirse en algunos casos en el vehículo que Dios usa para que nos acerquemos más a EL. Pasemos, pues, a revisar las diez realidades bíblicas sobre las crisis.

Realidad 1: Dios permite la crisis “Este hombre era íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal” (Job 1:1b). Dios tiene un plan para cada uno de sus hijos, pero nuestra capacidad de análisis ante el sufrimiento solo se queda en lo superficial. Solo cuando ha pasado la crisis, podemos observar los beneficios, con temor, temblor y reverencia, que Dios nos proporcionó durante el sufrimiento.

Realidad 2: Dios está en la crisis “No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú”  (Isaías 43:1) A lo largo de la Biblia, cuando se quiere expresar el poder de Dios , se ponen ejemplos de su control en la naturaleza. Por ejemplo, cuando el Señor Jesús calmó la tormenta. Por este motivo, no es casualidad que en nuestra vida usemos la metáfora de la tormenta en nuestra vida para las crisis por las que pasamos.

Realidad 3Dios escucha en la crisis “¿Está alguno de vosotros afligido? Haga oración” (Santiago 5:13) Es un consuelo saber que Dios nos escucha y presta oído a nuestro clamor. La oración, esa conversación con Dios, es la herramienta insignia de la vida cristiana. Reconozcamos Su Soberanía, El es Todopoderoso, acerquémonos con confianza y fe en medio de las lágrimas quizás para contar a Dios nuestro sufrimiento o el de nuestros seres más queridos como nuestra pareja o hijos, familiares o amigos.

Realidad 4: Dios habla en la crisis “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré  osas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3) Dios siempre está interesado en comunicarnos con nosotros; El escucha nuestras oraciones, conoce nuestro corazón y comprende nuestro clamor.

Realidad 5: Dios provee generosamente en la crisis y según su absoluta sabiduría  “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas (…) a él sea la gloria” (Efesios 3: 20 – 21) La gracia de Dios queda manifiesta y sobrepasa nuestro entendimiento. Dios cumplirá Sus promesas, responderá nuestras súplicas, siempre dentro de Su voluntad, Su misericordia y Su generosidad.

Realidad 6:  Dios orienta nuestra mirada hacia lo verdaderamente importante durante la crisis “Una cosa he demandado al Señor , ésta buscaré; que esté yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y para inquirir en su templo” (Salmos 27:4) Una consecuencia inevitable durante la crisis es la preocupación; somos incapaces de evitarlo. Pero Dios en su infinito amor y gracia, nos sigue invitando a que confiemos en El, y que si hay preocupación que sea por estar cerca de El.

Realidad 7. Dios protege en la crisis “Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas; le protegerá todos los huesos y ni uno solo le quebrarán” (Salmos 34: 19, 20) La consecuencia de nuestras malas decisiones trae consigo sufrimiento. Por lo tanto, si sufrimos puede ser que estemos ausentes de Dios. Todas las crisis suponen un desgaste físico y mental inigualable, por este motivo, debemos recurrir a Dios para recibir su misericordia, protección y gracia.

Realidad 8:  Dios controla constantemente las circunstancias en la crisis.  “Vida y misericordia me concediste; y tu cuidado guardó mi espíritu” (Job 10:12) Dios tiene puesta su atención en cada uno de nosotros, no nos abandona, no se ausenta. Aunque a veces dudamos del favor y la gracia de Dios y por eso nos sentimos solos, sin solución. En esos momentos es cuando debemos sacar fuerzas y hacer el balance y análisis de lo que nos está pasando y querer confiar en la presencia y protección de Dios en medio del sufrimiento.

Realidad 9: Dios usa la crisis para enseñarnos, moldearnos “mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, el mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y  establezca” (1 Pedro 5: 10) Entonces las pruebas, las crisis, el sufrimiento no es un periodo vacío sin sentido. En ese periodo si confiamos en Dios, si pedimos su protección, si logramos analizar la situación sin tomar decisiones equivocadas, estaremos madurando, creciendo, aprendiendo que nuestra vida diaria está en consonancia perfecta con Dios.

Realidad 10 El fin de la crisis es glorificar a Dios en ella  “Invócame en el día de la angustia, yo te libraré y tú me honrarás” (Salmos 50:15) Empezábamos esta reseña diciendo que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. No es más que este: nuestro propósito como cristianos es glorificar a Dios, Y por raro que lo parezca también durante una crisis. Se espera de nosotros que aprendamos en los momentos buenos y malos a honrar a Dios.

Este nuevo viaje en la reseña de un nuevo libro ha terminado. No obstante, quiero dejaros aquí con un poema anónimo. Podemos tomarlo como una metáfora, un ejemplo o una realidad. Lo cierto es que cada uno de nosotros podemos vernos identificados.

Nilda

Crecimiento Espiritual, Crecimiento Personal, Espiritualidad, La Biblia

Las crisis, libro por Lidia Martín

Las Crisis, escrito por Lidia Martín (Libro)

Diez realidades bíblicas sobre las crisis
En esta ocasión, nos acercamos a un libro escrito por la psicóloga Lidia Martín, publicado por Ediciones Andamio. En este libro llamado «Las Crisis, Diez realidades bíblicas sobre las crisis», encontramos la perspectiva humana sobre el sufrimiento durante una crisis, nuestra participación humana para resolverlas o superarlas o sobrellevarlas con nuestra conducta, nuestras emociones, nuestro  raciocinio y los aspectos físicos de la propia crisis. Toda esta especie de preámbulo nos va preparando para el descubrimiento que la presencia divina de Dios nos acompaña durante todo el proceso de una crisis. ¿esto significa que Dios permite una crisis? En las propias palabras de la autora “la gran oportunidad de la crisis está siempre, para el cristiano y el no cristiano, en encontrarse frente a la realidad de su debilidad y ante la irrevocable verdad de un Dios Todopoderoso que está por encima de cualquier circunstancia. Es en nuestra necesidad donde Él se hace fuerte y somos más conscientes de nuestro papel, de Su papel” (p. 101)

La mayoría de nosotros ha pasado por alguna crisis en algún momento de nuestra vida, por este motivo, no vamos a enumerar la significación que nos aportan los profesionales especializados. Resumamos diciendo que la crisis es una situación que nos coloca de forma temporal en una falta de capacidad para su solución por los recursos que usamos o no usamos, donde nuestro entorno queda resquebrajado y nuestra capacidad para valorarla puede ser optimista o pesimista. La autora nos ofrece en detalle tanto los factores de riesgo como la categorización de las crisis que podemos sufrir en diferentes etapas de nuestra vida. Cualquiera de nosotros no podrá evitar identificarse con al menos alguno de los factores (edad, baja autoestima, experiencia temprana de frustración, soledad, etc) o no podrá evitar evocar algún recuerdo por crisis evolutiva o inesperada. Lo cierto es que como muchas veces y en muchos casos, la presencia del núcleo familiar es preponderante para dar cobijo; pero sobre todo, lo primordial es no subestimar una crisis.


En consecuencia, nos ponemos a buscar soluciones sin antes percatarnos ni analizar en profundidad lo sucedido o lo que es peor acabamos más sumidos en la desesperación y la desesperanza de que nuestro sufrimiento nunca va a desaparecer. En este libro, su autora nos ayuda a aclarar conceptos y realidades. Os invito a que podáis leerlo detenidamente, ya que podemos pensar que es un tratado de más de quinientas hojas; sin embargo, este libro nos espera con menos de ciento cincuenta páginas en una narrativa sencilla de seguir y donde párrafo a párrafo vamos recordando, superando o afrontando el dolor sufrido durante una crisis. Aquí solo os mostramos una pequeña reseña del mismo. Volviendo a la intervención humana ante las crisis. Para contrarrestar nuestros pensamientos, emociones y  conducta de pasividad, de normalidad o de evitación, tenemos que buscar recursos de pensamiento positivo inteligente, contar con personas de nuestro entorno cercano, buscar soluciones marcando las circunstancias de la crisis y las ventajas y desventajas en la toma de cierta decisiones, buscar afrontar la crisis con el apoyo de la religiosidad manifestada en la fe, ya que esta última es una forma activa de afrontamiento. 

Otra parte importante que debemos mencionar es nuestra intervención en los aspectos físicos ante la crisis. Esto tiene que ver desorden alimenticio, del sueño, el stress, nuestra actividad fisiológica y el peligro ante el uso de sustancias. Sobre todo, seamos conscientes que los mínimos hábitos de una vida sana son primordiales. Nuevamente la autora nos recuerda la necesidad de la presencia de personas cerca de nosotros, aquellas en las que podemos confiar porque nos apoyan, aunque deseemos alejarles de nosotros. Entonces, cómo vamos a contrarrestar todas estas circunstancias, queridos amigos lectores, mañana podremos aprender que en el proceso del dolor y del sufrimiento la asistencia y misericordia de Dios nos está esperando porque  tiene un plan para cada uno de nosotros. 

(Nota editorial: mañana publicamos la segunda parte)

Nilda

Crecimiento Espiritual, Crecimiento Personal, La Biblia

Un salmo en la epidemia: la confianza triunfa sobre el miedo

Reproducimos este texto de Pablo Martinez Vila, para Protestante Digital

El Salmo 91 ha infundido aliento y paz a millones de creyentes en el fuego de la prueba. Su mensaje es muy relevante a nuestra situación actual de epidemia.

“El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: «Esperanza mía y castillo mío;  mi Dios, en quien confiaré.»

El Salmo 91, también llamado el “Himno triunfal de la confianza”, es una joya. Ha infundido aliento y paz a millones de creyentes en el fuego de la prueba. Según algunos comentaristas fue escrito en medio de una epidemia de peste (2 Samuel 24:13). Podrían ser circunstancias similares a las que estamos viviendo hoy. Su mensaje, por tanto, es muy relevante a nuestra situación actual de epidemia.

Vivimos días de ansiedad e incertidumbre. El mundo entero está con miedo. De pronto hemos tomado conciencia de la fragilidad de la vida. ¿Qué pasará mañana? La fortaleza en la que el hombre contemporáneo se creía seguro se ha tornado debilidad,  hay grietas en la roca y nos sentimos vulnerables. La gente busca un mensaje de serenidad y tranquilidad. ¿Dónde encontrarlo?

El mensaje del salmo 91 se resume en una frase: la confianza triunfa sobre el miedo. El salmista nos presenta tres frases clave que resumen el “trayecto” dese la ansiedad-miedo hasta la confianza:

  • “Mi Dios”:  lo que Dios es para mí
  • “Él te librará”: lo que Dios hace por mí
  • “Confiaré”: mi respuesta

1. “Mi Dios”: el carácter de Dios

El salmo empieza con una deslumbrante descripción del carácter de Dios. Hasta cuatro nombres distintos se mencionan en los dos versículos iniciales para explicar quién y cómo es Dios. ¡Formidable pórtico de entrada a la confianza! Para el salmista, Dios es el Altísimo, el Todopoderoso, el Señor (Yahweh) y el Dios Sublime.

La conciencia de la grandeza de Dios es el cimiento de nuestra confianza.  Podríamos parafrasear el refrán y afirmar  “dime cómo es tu Dios y te diré cómo es tu confianza”. En la hora del temor el primer paso es alzar los ojos al cielo, mirar a Dios y contemplar su grandeza y su soberanía.  Al hacerlo, el salmista experimenta que Dios es su Abrigo, su Sombra, su Esperanza y su Castillo. El retrato de Dios en “cuatro dimensiones” conlleva una bendición cuádruple. Conocer cómo es Dios realmente es un paso imprescindible en el trayecto hacia la confianza.

Notemos, sin embargo  que el salmista se refiere a Él como MI Dios. Esta pequeña palabra  “mi” nos abre una perspectiva singular y cambia muchas cosas: el Dios del salmista es un  Dios personal, cercano, que Interviene en su vida y se preocupa por sus temores y necesidades. Estamos ante uno de los rasgos más distintivos de la fe cristiana: Dios  no es sólo el Todopoderoso, el creador del Universo, sino también el Padre íntimo, el Abba (“papá”) que me ama y me guarda (Gal. 4:6). Éste es nuestro gran privilegio: Dios nos trata como un padre a su hijo porque en Cristo somos hechos hijos adoptivos de Dios. El salmista describe esta vivencia con una preciosa metáfora:

“Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro” (v. 4)

2. “Él te librará”: la providencia de Dios

 “Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora, escudo y protección es su verdad. No temerás…ni a la pestilencia que ande en la oscuridad, ni a mortandad que en medio del día destruya…. No te sobrevendrá mal ni plaga tocará tu morada” (v. 3-6,10).

Llegamos al corazón del salmo: la protección de Dios en la práctica. La conciencia de la grandeza de Dios ha de ir acompañada de la conciencia de la providencia de Dios.  Estamos ante un punto crucial, decisivo en la experiencia de fe. Si lo entendemos bien, será una fuente insuperable  de paz y serenidad, pero si lo malinterpretamos podemos caer en errores y extremismos, o sentirnos frustrados con Dios.

La manipulación del diablo. Es muy significativo que el diablo tentó a Jesús (Mt. 4: 6, Lc.4) con una doble cita de este salmo: “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden… En las manos te llevarán para que tu pie no tropiece en piedra.” (v.11-12). Usar mal las promesas de la protección divina es una tentación vigente hoy. ¡Cuidado con la súper espiritualidad  y la súper fe! Puede ser una forma de tentar a Dios como nos enseña la contundente  respuesta de Jesús a Satanás: “No tentarás al Señor tu Dios” (Mt. 4:7). Confiar en Dios no nos exime de actuar de forma responsable y sabia.

Dicho esto, no podemos minimizar la potente acción protectora de Dios sobre los que en Él confían:

«Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia, lo libraré y lo glorificaré” (v. 14-15).

¿Una póliza a todo riesgo? La palabra clave es “librar”. ¿Qué significa “Dios te librará”?  La misma expresión se aplica a José -“Dios le libró de todas sus tribulaciones” (Hc. 7:10), y sin embargo el patriarca tuvo que pasar por muchos valles de sombra y de muerte. Dios no le evitó la prueba, pero  le rescató de ella. Como dijo Spurgeon, “es imposible que ningún mal acontezca a los que son amados por Dios”. La fe no garantiza la ausencia de la prueba, pero sí la victoria sobre la prueba. El apóstol Pablo desarrolla esta idea de forma majestuosa en el cántico de Romanos 8:28-39: “en todas estas cosas (pruebas) somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, Cristo”.

Así pues, la fe en Cristo no es una vacuna contra todo mal, sino una garantía de total seguridad, la seguridad de que “si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Rom. 8:31).  Este salmo no es una promesa de completa inmunidad, sino una declaración de plena confianza. Confianza en la protección de Dios expresada de tres maneras.

La triple “C” de la protección de Dios. En toda situación de prueba,    

  • Dios conoce   
  • Dios controla
  • Dios cuida (de mí)

En la vida de los hijos de Dios nada ocurre sin su conocimiento y su consentimiento. El azar no existe en la vida del creyente. La providencia majestuosa del Dios personal resplandece en los momentos más oscuros: “Caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegarán”. Nada sucede si Él no lo permite, como vemos tan vívidamente en la experiencia de Job. Esta promesa viene ratificada por el Señor Jesús mismo:   

¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos” (Mateo 6:15-16, Lucas 12:6-7).

3. Mi respuesta: “Confiaré”

Después de contemplar el carácter de Dios -lo que Él es para mí- y su providencia  -lo que Él hace en mi vida – el salmista exclama con firmeza: “Mi Dios en quien confiaré”.

Es una secuencia lógica. La confianza es la respuesta a unas evidencias. El salmista ha conocido a Dios de forma personal, íntima –“por cuanto ha conocido mi nombre” (v. 14). Tal conocimiento le lleva a enamorarse de Él –“en mí ha puesto su amor” (v.14) y se establece una relación estrecha. Ahí tenemos, por cierto, el meollo de la fe cristiana: es la confianza que nace de una relación de amor, la certeza de que el amado no me va a fallar porque “Él (Dios) es fiel”.

Nuestra vida no está a merced de un virus, sino en manos del Dios todopoderoso.  Ahí radica la certidumbre de nuestra fe y el cimiento de la confianza que vence todo temor. No hay lugar para el triunfalismo, pero ciertamente hay triunfo. Es el triunfo que Cristo nos aseguró con su victoria sobre el mal y el maligno en la Cruz. Es el mismo Cristo cuyas últimas palabras fueron:

“Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28:20)

Crecimiento Espiritual, Crecimiento Personal, Familia, La Biblia

Coronavirus, malas noticias ¿cómo reaccionamos?

Hace unos años hubo una tragedia en un cine de los Estados Unidos a consecuencia de un tiroteo; algunos muertos y varios heridos, entre ellos niños. Horrible. A los pocos días algo similar ocurre en una escuela. Murieron muchas más personas. 

En aquel entonces mi hija tenía nueve años y en la escuela escuchó algo sobre esas noticias y vino con su carita preocupada a hacerme preguntas. Esas preguntas que nunca quisiéramos escuchar porque nos recuerdan el mundo caído e imperfecto en que vivimos.

Nos recuerdan que aunque queramos, nuestros hijos no pueden vivir en una burbuja y están expuestos al pecado y a sus consecuencias.  Preguntas para las que quisiéramos tener respuestas fáciles, pero no es así.

Hoy las noticias son diferentes, las noticias son acerca de un virus que se ha convertido en pandemia y para la cual todavía no hay muchas respuestas. Sin querer minimizar lo que está sucediendo, sí creo que el hecho de tener un acceso inmediato a tanta información ha sido determinante al crear un estado de pánico en muchas personas. Y te confieso que la ansiedad también ha querido atraparme por momentos. 

El asunto es dónde estamos poniendo la mirada. ¿Cuál es nuestro sentido de seguridad? Voy a compartir contigo lo que compartí con mi hija en aquel momento porque creo que es válido para todas. 

Aquel día me senté con ella e hice lo único que con certeza podría darle una respuesta verdaderamente sabia y tranquilizadora. Busqué mi Biblia y le mostré el versículo en los Salmos que durante tantos años ha dado paz a mi corazón en medio de muchas tormentas de malas noticias: 

“Ellos no tienen miedo de malas noticias; confían plenamente en que el Señor los cuidará.” Salmos 112:7

“¿Y quiénes son ellos?”, le expliqué yo a mi hija. “El Salmo nos da la respuesta un poquito antes: los justos (v. 4)”. Lo que nos llevó a otra pregunta: ¿Quiénes son los justos?  La misma Palabra nos da la definición: “sabemos que una persona es declarada justa ante Dios por la fe en Jesucristo” (Gálatas 2:16). 

¿Será que somos más fuertes que los demás? ¡Para nada! Pero la Palabra de Dios nos enseña que si hemos puesto nuestra fe en Jesús, no debemos tener miedo de malas noticias porque confiamos plenamente en que el Señor es soberano sobre nuestras vidas, y sea lo que sea, estamos en sus manos. 

El temor es un sentimiento humano, y es válido, siempre y cuando no dejemos que nos domine. Una mala noticia puede hacer que nuestro corazón dé un vuelco  y sintamos esta sensación incómoda en el estómago. Pero es ahí donde la Palabra de Dios, se convierte en nuestra ancla, sustento, esperanza. Es  entonces cuando recordamos que aunque la situación puede producir temor, como “justos que hemos creído en Cristo”, no nos quedamos en el temor sino que confiamos. Recordar el amor que Dios nos tiene, y que ha hecho evidente en Jesús, tiene que echar fuera el temor de nuestras vidas.

Lamentablemente no puedo decirte que vivirás una vida exenta de malas noticias, pero sí puedo decirte que al ser declarada “justa” delante de Dios, al ser su hija por medio de la fe en Jesús, ya no tienes que vivir esclava del temor: «Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que han recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre!» (Romanos 8:15).

Si ponemos nuestros ojos en la prensa, o si dejamos que nuestra imaginación cobre alas, es muy probable que suframos un ataque de pánico o por lo menos que nos inunden la ansiedad y el temor. Debemos reconocer que tenemos un enemigo que anda buscando a quién devorar y nuestra mente es un campo fértil si nosotros le seguimos el juego. 

Tú y yo estamos viviendo en espera de que llegue la nueva creación. Ahora mismo no podemos disfrutar de todos los beneficios que la obra de Cristo en la cruz hizo posible. Un día sí será así para siempre, como nos revela Ap. 21:1-5. Así que podemos vivir con la esperanza, ¡y debemos vivir de esa manera! 

¿Cómo lo hacemos? Te quiero recordar el pasaje que mi esposo me recordó a mí cuando la ansiedad estaba amenazándome, 1 Pedro 5:7. 

«…echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes»

Dos cosas claras ahí: dejar la carga de la ansiedad en manos de quien es el único tiene control y soberanía sobre todo, Dios. Y, segundo, sabiendo que ÉL cuida de nosotros, incluso cuando pasamos por incertidumbre, enfermedad, dolor, coronavirus, o lo que sea. ¡En verdad la Palabra de Dios es nuestra esperanza y sostén!

En estos tiempos de incertidumbre, seamos luz, vivamos el evangelio, ¡hablemos de Cristo a un mundo que tanto lo necesita! Y cuando la ansiedad y el temor quieran atraparnos, corramos a los pies de nuestro Señor y revistamos nuestra mente de Su Palabra.

(Un buen artículo que explica sobre el virus, escrito por un pastor y especialista en enfermedades infecciosas: haz clic aquí).

Bendiciones,

Wendy