Crecimiento Personal, Equipo, Familia

CÓMO EVITAR SER PADRES PRESENTES, PERO AUSENTES.

REFLEXIÓN DE MADRE

Estimados padres, un día los pajaritos volarán y sentirás de cerca lo que significa aquel dicho, “la distancia hace el cariño”. Pero por ahora, te dejo mis impresiones de lo rápido que pasa este tiempo de construir juntos vuestro precioso nido familiar.  Algo aparentemente laborioso, cansado, lleno de sacrificios, pero que en realidad es uno de los momentos más preciosos de la vida. Atesóralo.

Justo cuando el nido se sentía completo, os tocó volar…

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¡No puedo creerlo! Parece que fue ayer que compré el libro en inglés, “Qué esperar cuando estás esperando” de Heidi Murkoff.  Mi barriga tan redonda como una pelota recién inflada de baloncesto. Cada pensamiento girando en torno a la llegada del más preciado tesoro que pueda existir, una joya envuelta en mantitas de algodón. En la recién pintada habitación, su ropita de bebé sin estrenar, colgada en el armario, todo preparado, todo listo, para la llegada de nuestra primera hija.

Elizabeth y Abigail llenarían nuestro hogar de risas, manchas de pintura y pegamento, arena del parque, incontables piezas de Polly Pockets, música, amiguitos, mochilas con deberes y sandwiches sin terminar. En cada cambio de domicilio, una nueva habitación, nuevos amiguitos, nuevas ciudades, países, experiencias… y como por arte de magia un día, mis princesitas pasaron a ser unas mujercitas. Elizabeth con 20 años, y su hermana cumpliendo los 15 luciendo vestidos de fiesta, y no sabré decir cómo pasó tan rápido el tiempo.

Este blog es para recordarte que el tiempo de la crianza de un hijo no es eterno, aprovecha bien el tiempo que tienes con ellos en casa para no convertirte en un padre o una madre ausente. Porque vendrá un tiempo cuando vuelen del nido a estudiar, buscar trabajo, perseguir sus sueños y nuevas oportunidades lejos de ti, y entonces te tocará otro reto: Ser un padre y una madre presente en la distancia.

Con un corazón lleno y agradecida por todo, 

Angela

PARA SEGUIR LA LECTURA:

https://masalladelcole.wordpress.com/2019/05/13/como-evitar-ser-padres-presentes-pero-ausentes/?fbclid=IwAR1pbBgdvwBIMOMYabLN2RXIYCXfL1AlUqpSrGTFz4fhmV7-f8t4a-EZb3g

Espiritualidad, Familia

Por tu bien y el de tu familia decide «estar»

No fue solo la belleza del mar ni su olor cautivante, ni la suavidad de la blanquísima arena o la brisa refrescante  cargada de sal en medio del ardiente verano. Sí, disfruté todo eso, y mucho… pero lo que realmente me llevé de esas vacaciones fue mucho más duradero.

Esto lo anoté en mi diario en el último día:

“Sin dudas uno tiene que ser intencional para disfrutar las bendiciones, jugar con los hijos, reír con ellos, y sacar lo mejor de cada momento que se nos regala de este lado de la eternidad.”

Algo intencional es algo deliberado, es decir, que se hace a propósito, se decide. Y justo eso fue lo que marcó mis vacaciones aquel año: la decisión de “estar” en el momento. ¿Sabes? Podemos estar físicamente en un lugar pero no estar realmente. Nuestra mente puede divagar, la tecnología puede distraernos (¡y mucho!). Le pedí al Señor en esas vacaciones que me ayudara a ser intencional para “estar allí”, de verdad.
¡Y qué diferente fue! Estar para ver la sonrisa de mis hijos, para nadar y encontrar bizcochos de mar, para construir muñecos de arena y levantarnos temprano en busca de caracoles. Estar para abrazar  y besar a mi esposo una y otra vez, y disfrutar su compañía, y caminar de la mano. Estar para contemplar la magnificencia del atardecer, para darnos un chapuzón en la piscina y esperar que el cielo pasara de azul a negro con estrellas, matizado por el rojo y naranja del atardecer.
Dios me habló mucho en esos momentos. Me recordó que en un abrir y cerrar de ojos ya mis hijos crecerán. Que el mañana no es garantía, solo el hoy. Que para escuchar su voz tengo que bajar la marcha, que las relaciones necesitan tiempo no planificado; que nuestras familias crecen hacia arriba y hacia abajo, echando raíces profundas, cuando decidimos “estar” y dejar que el mundo siga girando mientras nosotros escogemos nuestro propio ritmo.
Esa fue nuestra tercera visita a esa playa, pero sin dudas, y por consenso familiar, fue la mejor. ¿Qué marcó la diferencia? Me atrevo a decir que fue la decisión de “estar”, de no apurarnos, de disfrutar la compañía mutua, de no llenar el horario de actividades, de decir sí a todo lo que verdaderamente lo meritaba y dejar pasar el resto.
Lamentablemente no podemos vivir en ese lugar para siempre, ni estar siempre de vacaciones, pero sí podemos escoger una actitud de “estar”. Una actitud intencional a favor de aquello que es en verdad importante.
En ese mismo día que te comenté al principio anoté:

“Señor, ayúdame para que al regresar yo pueda esconder todo esto y seguir actuando con un corazón agradecido… que pueda balancearlo todo.”

Vivir con la intención de “estar” es justo eso, vivir en equilibrio. Aprender que, como dice Eclesiastés: “Hay una temporada para todo, un tiempo para cada actividad bajo el cielo” (3:1). 
Muchas cosas reclaman a gritos nuestra atención, pero no todas nos corresponden. Leí esto hace un tiempo y te lo quiero compartir: “No todas las oportunidades están a destinadas a ser mi tarea”. Lysa TerKeurst.
Mi querida lectora, escojamos “estar”, de verdad. Busquemos una vida de equilibrio, con prioridades en las relaciones, en lo que de verdad importa. No aglomeremos tanto nuestra agenda que la vida se nos vaya de una tarea en otra, de un compromiso en otro. Recuerda, solo hoy puedes “estar” y disfrutar ese momento único que se convertirá en los dulces recuerdos de mañana.
Esa es la abundancia de vida que Dios diseñó, ¡disfrútala!  
Bendiciones,

Wendy

Publicado originalmente en wendybello.com 

Familia, La Biblia

Una actividad de reflexión para la familia

Esta actividad puede empezar el Domingo de Ramos y terminar el Domingo de Pascua o Resurrección.  Puedes utilizar una imagen o una cruz, un ramo, un vasito para la última cena, etc.  No tienes que hacerlo conforme el ejemplo.  Puedes adaptar lo que tengas.  
Mientras mueves la figura de Jesús en los diferentes colores, vas explicando el significado.  Puedes hacerlo como un momento de reflexión diario.  Es una excelente actividad para que toda la familia pueda entender y revivir todos los momentos alrededor de la muerte y resurrección de Jesús.

Foto: Joyful Mama’s Place

Tabla de Colores:
Gris (Domingo de Ramos) representa el burro (que suelen ser de este color) pero también la tristeza de Jesús al ver Jerusalén y las condiciones de los corazones de la gente. Lectura en Mateo 21Mateo 23
Tonos de Morado (lunes a miércoles) puedes elegir algunas de las historias que ocurrieron durante estos últimos días de Jesús, tales como La Parábola del Banquete de Bodas, la pregunta sobre los impuestos, el mandamiento más importante,   Mateo 22  Una mujer derrama perfume en Jesús, Mateo 26
Color Vino (jueves) representando La Última Cena.  Puedes hablar de cómo la prepararon, lo que posiblemente comieron, etc.  Es importante hablar de Judás y su traición, y que Jesús lo sabía.  Lo dejó hacerlo porque era importante que el plan de Dios profetizado se cumpliera.  Mateo 26 

Color Rojo (viernes) representa la muerte de Jesús.  Habla sobre el sacrificio y todo el sufrimiento que Jesús soportó por amor a nosotros. Es importante entender que la sangre de Jesús fue derramada en nuestro lugar.  Él murió una sola vez por todos los que le aceptan, un regalo ofrecido por Dios. Un regalo se puede aceptar o rechazar.  La neutralidad de opinión es rechazarlo.  Mateo 27

Color Negro (sábado) connota el triste día de duelo después de la muerte de Jesús.  Se puede comentar sobre lo que posiblemente pensaban los discípulos y cómo se sentirían, el gran hueco que les dejaba Jesús, etc.  Ponen guardia extra en frente al sepulcro.  Mateo 27

Color Blanco (domingo de Resurrección) representa la resurrección de Jesús.  Se explica que por su resurreción podemos recibir gratuitamente la redención o perdón de nuestros pecados.  El color blanco representa nuestro corazón totalmente limpio cuando se lava en la sangre de Jesús.  ¿Lo merecemos?  No, pero el Señor nos quiere regalar esta oportunidad.  El regalo de la salvación es gratuito pero tuvo un precio muy alto.  Mateo 28
Esperamos que este artículo os pueda ayudar a entender y pasar un tiempo muy entrañable de reflexión en familia. 

Mara

Espiritualidad, Uncategorized

Domingo de Ramos, Biblia y tradición.

Hola a todas, y un ¡Buen Domingo de Ramos!

Esta semana queremos publicar artículos que nos inspire a pensar en estos días en la vida de Jesús, desde su entrada a Jerusalén, hasta su muerte y resurrección.   También queremos daros ideas para pasar un tiempo especial en familia.  

 Esperamos poder inspiraros a encontrar las lecciones de la Biblia con relación a esta celebración, y eligir las tradiciones que de verdad reflejan estas verdades.
La mejor fuente de información sobre la Semana Santa es la Biblia.  Os invitamos a leer cómo fue la entrada de Jesús a Jerusalén.


Mateo 21:1-11

JESÚS EN JERUSALÉN:  Entrada triunfal 

21 Cerca ya de Jerusalén, al llegar a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos con este encargo:— Id a la aldea que está ahí enfrente, y en seguida encontraréis una borrica atada, y a su lado un pollino. Desatadlos y traédmelos. Y si alguien os pregunta algo, decidle que el Señor los necesita y que en seguida los devolverá. Esto sucedió en cumplimiento de lo dicho por medio del profeta:Decid a Jerusalén, la ciudad de Sión:
Mira, tu Rey viene a ti lleno de humildad,
montado en un asno, en un pollino,
hijo de animal de carga.Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. Le llevaron la borrica y el pollino, pusieron sobre ellos sus mantos, y Jesús montó encima. Un gran gentío alfombraba con sus mantos el camino, mientras otros cortaban ramas de los árboles y las tendían al paso de Jesús. Y los que iban delante y los que iban detrás gritaban:—¡ Viva el Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡ Gloria al Dios Altísimo!10 Cuando Jesús entró en Jerusalén, hubo gran agitación en la ciudad. Unos a otros se preguntaban:— ¿Quién es este?11 Y la gente decía:— Este es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.

«En este día estamos celebrando Domingo de Ramos, también conocido como Domingo de Palmas. Es el día en que celebramos la Entrada Triunfal de JESUCRISTO a Jerusalén. El primer día de la Semana como éste, era el día que los Hebreos separaban el cordero que iba a ser sacrificado para esa Pascua.


«Me pregunto, ¿Qué pasó con ese momento en que Cristo entró triunfante en nuestros corazones? ¿Dónde está ahora? ¿Acaso usted esperaba a un rey que trajera liberación inmediata? Pregunto, ¿cómo fue la entrada de Cristo en su vida? ¿Triunfante, o simplemente no significó mayor cambio en la misma? (Continuar leyendoEn el Blog d’El Obrero Fiel Para los peques … (enlaces en Pinterest)

Mientras los niños colorean, puedes explicar o leer la historia.

Mara

Espiritualidad, Familia, Uncategorized

La única tradición que no quiero en mi familia.

Me gustan mucho las tradiciones familiares. Hay valor en ellas. Las tradiciones unen a las familias y crean un sentido de estabilidad en los niños. Las tradiciones forman los recuerdos que con los años se convertirán en tesoros de la memoria. Las tradiciones crean nexos entre las diferentes generaciones. Las tradiciones son una manera de transmitir nuestros valores y creencias.

Dios también valora las tradiciones, por eso estableció en el pueblo de Israel diferentes fiestas y fechas significativas que los judíos todavía hoy celebran.

El cristianismo también tiene sus propias celebraciones tradicionales ya como la Navidad, el domingo de Resurrección, y aquí en los Estados Unidos, el Día de Acción de Gracias.
Sin embargo, hay una única cosa que no quiero que mis hijos vean como una tradición. ¿Sabes qué es? ¡Dios! No quiero que para ellos Dios sea una tradición familiar, algo que han heredado. Sí, hasta cierto punto están recibiendo un legado de fe, un legado de lo que creemos y por qué lo que creemos. 

Pero eso no es suficiente. La verdadera fe como tradición no funciona. ¿Por qué? Porque no podemos llegar a Dios mediante una tradición, ni un rito, ni algo que la familia nos dejó en herencia. A Dios solo llegamos por medio de una relación personal que se hace posible al conocer a Jesús, aceptar su sacrificio en la cruz como pago por mis pecados y reconocerlo como Salvador y Señor de mi vida.Sin embargo, no se puede heredar, ¡es personal!

Como madres, abuelas, tías, etc., tenemos la responsabilidad de “instruir al niño en su camino”, pero también necesitamos orar incansablemente para que en sus vidas haya un encuentro genuino con Dios de manera que Jesús no sea una tradición para ellos sino el centro de su existencia.

Mi querida lectora, tengamos cuidado de no querer ver la vida cristiana como una tradición familiar. ¡Claro que queremos que de generación en generación nuestras familias amen a Cristo y vivan para él, y le sirvan! Pero no podemos convertirlo en un ritual. ¿Y sabes cómo lo evitamos? Al vivirlo; que nuestros hijos vean que cuando vamos el domingo al templo lo hacemos como parte una familia de fe; pero que también puedan ver nuestra relación con Jesús los otros seis días de la semana. Que sepan que no leemos la Biblia solo los domingos, ni alabamos solo los domingos, ni oramos solo los domingos.

La mejor predicación que tus hijos verán y escucharán será tu propia vida porque la tienen frente a ellos constantemente. ¡Aprovechemos esa oportunidad! Que Dios nos use como un instrumento para que en sus corazones crezca el anhelo de tener una relación con Jesús tan real y genuina como la que han visto en su hogar.
Bendiciones,

Wendy

Familia

Esposa vs mamá, el dilema

“Yo soy primero madre y después esposa”,  eso es lo que muchas veces, muchas veces he escuchado y el criterio que escuchan también muchas niñas al crecer y luego repiten al madurar.

Sé que estas palabras pueden crear discrepancias pero hoy quiero hablarte al corazón, con la verdad de Dios, y así quisiera que las recibieras.Uno de los versículos más leídos en las bodas es Génesis 2.24: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su mujer, y los dos se funden en un solo ser”. Todas lo conocemos pero por alguna razón solo lo aplicamos a la idea de que ya no viviremos más con los padres, en el sentido físico, de la casa. Sin embargo, entiendo que también tiene implicaciones para nuestra tarea de madres.

Al casarnos empezamos una nueva familia, una familia donde aunque no desechamos a nuestros padres ni los descuidamos {eso nunca está respaldado por la Biblia}, ahora nuestra responsabilidad principal está en ese pequeño núcleo que comenzamos con nuestro esposo y al que luego se añadirán los hijos.

Pero esos hijos, un día dejarán a su padre y a su madre y se unirán a su esposa o esposo, según corresponda. Formarán su propia familia. Y nosotras seguiremos junto a nuestro esposo, tal y como comenzamos.  El ciclo continúa.

Hace años leí en un libro de Bárbara Johnson que los hijos son un préstamo que Dios nos hace por 18  o 20 años más o menos, y así es. Aunque siempre serán nuestros hijos y estaremos a su lado para amarles, apoyarles y ayudarles, tenemos un espacio de tiempo limitado para criarlesPero en ese tiempo, a pesar de que tenemos que dedicar gran parte de nuestras fuerzas, energías y tiempo a ellos, no podemos descuidar la relación principal y que dio origen a nuestra familia, nuestra relación con el compañero que Dios nos dio. 

Es ahí justamente donde viene el problema. Muchas mujeres deciden ser primero madres y luego esposas, alterando el orden que Dios dio y el matrimonio comienza a sufrir. Si en esos 18 o 20 años de los que hablé antes no cultivamos nuestra relación, no buscamos tiempo para compartir con ellos, para disfrutar las cosas que nos gustan, etc., cuando los hijos se vayan de casa y el nido quede vacío como dicen, miraremos a ese hombre que está a nuestro lado y solo será un extraño, alguien con quien hemos convivido pero nada más. Puede parecer muy radical lo que te digo pero lo he visto demasiadas veces. Mujeres que han sido madres súper dedicadas, excelentes dueñas de casa pero descuidaron su relación con el esposo y, o terminaron con un matrimonio mediocre o lo perdieron.

Mi amiga lectora, no me malentiendas. Para nada estoy promoviendo que seamos madres descuidadas ni que no nos ocupemos de nuestro hogar. ¡Al contario!  Mi anhelo es que aprendamos a ser mamás como Dios lo diseñó. Pero si mostramos a nuestros hijos un matrimonio precioso donde sus padres se aman, se cuidan, se dan prioridad, les estaremos dejando una herencia muy valiosa, un patrón que la sociedad no sabe mostrarles. Y cuando ellos tengan sus propios matrimonios, sabrán qué hacer para tener éxito.

Mira lo que dice Dios en Tito 2: “Esas mujeres mayores tienen que instruir a las más jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos,  a vivir sabiamente y a ser puras, a trabajar en su hogar, a hacer el bien y a someterse a sus esposos. Entonces no deshonrarán la palabra de Dios”.  Ahí está el orden bien claro: esposo primero, hijos después.

Tu esposo es el compañero que Dios te regaló para toda la vida. Tienes responsabilidad ante él de amarlo, respetarlo, cuidarlo. Es una bendición que debemos atesorar. Todo este asunto de la familia fue idea de Dios, y él en su inmensa sabiduría estableció un orden, seamos mujeres sabias y sigamos sus instrucciones. El diseño de Dios es perfecto, no lo podemos superar.

Bendiciones,

Wendy

{Publicación original en wendybello.com}

Crecimiento Personal

Amigas intencionales

Dice la Real Academia Española que intencional es sinónimo de deliberado, algo que se hace a propósito. Y quizá, luego de leer el título de este artículo, te preguntes qué tiene que ver todo eso con la amistad. ¡Mucho!

Hace un tiempo he descubierto que dada la naturaleza de los tiempos que vivimos: largas distancias, muchas ocupaciones y responsabilidades, las amistades sin querer se descuidan o quedan completamente abandonadas. Incluso he escuchado a algunos decir que «no hay tiempo para eso».

Es ahí donde entra la palabra intencional. Las amistades, si queremos que sean profundas y de calidad, necesitan que les dediquemos tiempo; que a propósito busquemos el espacio para compartir y conectarnos a un nivel más allá del mensaje de texto o la llamada telefónica ocasional.

Tengo una amiga que me ha enseñado mucho al respecto. Quizá porque es life coach (mentora personal) o porque simplemente le apasiona todo lo relacionado con cultivar amistades. Vivimos a 42 millas de distancia (67 kilómetros). ¡Eso es muchísimo! Y si añadimos el factor tráfico, entonces la distancia pudiera parecer más larga. De hecho, con un tráfico normal nos toma 50 minutos recorrela. Sin embargo, eso no ha sido obstáculo para cultivar nuestra amistad. Cada mes hacemos tiempo para reunirnos, aunque sea una vez, y salimos juntas a comer. Esas dos, tres horas son una bendición. Y sé que hablo por las dos.

Ahora bien, no solo somos intencionales en hacer tiempo para vernos, también lo somos en apoyarnos, en preguntarnos cómo puedo orar por ti, qué proyectos tienes para esta semana. Ella es una de esas amigas que me acerca a Dios y me ayuda a crecer.

Y en eso también tenemos que actuar de manera deliberada. Al escoger las amistades tenemos que ser sabias. Como mujeres cristianas necesitamos primero que nada alguien que ame a Dios como nosotras y nos desafíe a buscarle más, a conocer su Palabra, a profundizar en nuestra relación con él.

Además es sabio escoger amigas que te ayuden a ser tu mejor versión. Alguien que te impulse a alcanzar tus metas, se interese por tus sueños, y que al lograrlos se alegre contigo genuinamente. Una amiga que cuando tal vez te desanimes, ore por ti y te ayude a mirar las cosas desde otro ángulo. Y por supuesto, lo mismo en dirección opuesta; es decir, ser nosotras esa clase de amigas.

¿Sabes? Las mujeres somos un poco complicadas también en este aspecto. Una verdadera amistad está libre de celos, de competencia. Una amistad a la manera de Dios es aquella en la que actuamos con toda sinceridad. Me gusta decirlo así: es una relación en la que puedo ser yo misma sin temor a rechazo o a cómo la persona tomará cada palabra o acto de mi parte. Y claro, si surgen conflictos, buscamos solucionarlos. Por experiencia sé que mientras más tiempo lo dejamos, más difícil se hace.

Con los años también he descubierto que quizá no vamos a tener muchas amigas así, pero si queremos algunas, o si ya las tenemos, es necesario ser intencionales y cuidar la relación.

La amistad fue idea de Dios; él llamó a Abraham amigo, y Jesús nos llama amigos. Creo que una vida plena y abundante también es aquella donde disfrutamos de amigos de verdad. Hagamos nuestra parte para ser amigas intencionales.

Bendiciones,

Wendy

Publicado originalmente en wendybello.com  

Crecimiento Personal, Familia

¿Qué es el hombre?

Quiero empezar por recomendar esta lectura, por Juan Varela Álvarez, Director y Fundador del INFFA. INSTITUTO DE FORMACIÓN FAMILIAR

¿QUÉ ES SER HOMBRE? Los roles tradicionales de masculinidad están en crisis. El concepto rancio del superhombre que todo lo puede profesional, económica, y sexualmente se desmoronó ya hace tiempo, alentado en su caída por el avance de las mujeres en los distintos ámbitos que antes estaban reservados sólo para los hombres. Ante todo esto, el mundo masculino se derrumba intentando reubicarse en el nuevo escenario social con cambios demasiado rápidos. Frente a este panorama repetimos la pregunta del millón: ¿Qué significa ser hombre hoy?Esta es la pregunta planteada y el reto al que nos enfrentamos. La imagen del hombre y su identidad como varón han sufrido un desgaste histórico. La pérdida de identidad y por lo tanto de autoridad, ha sumido al hombre en una … (continuar leyendo)

Como mujeres, esposas y madres, se nos intenta engañar muy sutilmente de quién es un hombre y por ello debemos estar muy atentas. No queda demás reflexionar de cómo Dios creó al hombre y para qué! 
Debemos apoyar a nuestros maridos, hijos a que el código varonil inventado por la sociedad no les “..castre la auténtica masculinidad perpetuando en muchos hombres un modelo inmaduro y desconectado de su realidad.” (artículo arriba compartido).
Debemos orar por nuestros maridos y educar a nuestros hijos con los valores que Dios nos dio, y abandonar la mentira que esclaviza al hombre para ser más femenino y a la mujer más masculina. Son roles que confunden y trastocan el modelo familiar que Dios estableció y que llevan al matrimonio sufrir graves crisis que acaban en la mayoría de las veces en roturas de los vínculos sanos en el matrimonio. 
El marido debe ser el ejemplo sano varonil para sus hijos, con el carácter que Dios le dio y la mujer disfrutar de su feminidad, maternidad y mostrar sus cualidades emocionales (que tanto quiere eliminar el mundo a través de mentiras de contenido espiritual) para que sus hijos respeten realmente y entiendan quién y qué es el hombre y su papel correcto. También es importante tener en mente quién y qué es la mujer y su valor correcto. Así sabrán, sin lugar a dudas, cual es su verdadera identidad como hombres en Dios.
Como mujeres luchemos en oración, luchemos a lado de nuestros maridos respetándoles, valorando sus vidas, y amándoles con todo nuestro corazón. Con eso, que como matrimonios y padres seamos luz para nuestros hijos y que sus anhelo lleguen a ser el querer reflejar la verdadera identidad en Dios como hombres!
A parte de leer el artículo, os recomiendo leer :

Salvaje de corazón, John Eldredge. Descubre el héroe que hay en ti. Alcanza tu propósito divino y sé el hombre que debes ser.
En Salvaje de Corazón, John Eldredge invita a los hombres a recuperar su corazón masculino, definido en la imagen de un Dios apasionado. E invita a las mujeres a descubrir el secreto del alma de los hombres, y a deleitarse en la fortaleza y valentía con que fueron creados.

Una servidora,

Susana