
Thanksgiving y Navidad: dos celebraciones familiares que despertaron en mí la gratitud por mi amado Jesús.
“Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido”. 1 Corintios 13:12
¿Alguna vez has experimentado la ilusión de abrir un regalo de alguien especial? No sabes lo que será, pero aprecias tanto a la persona que sabes que sea lo que sea, ¡te va a hacer mucha ilusión abrirlo!
De pequeña mi madre envolvía los regalos de Navidad y los colocaba de adorno bajo el árbol ¡por lo menos una semana! De niña recuerdo que la ilusión de imaginar lo que podría haber en esos paquetes dorados se convirtió en una de las tradiciones más anticipadas de las festividades navideñas.
No habíamos abierto los regalos, pero estábamos agradecidos, y alegres de tenerlos allí, ¡listos para abrir! La Biblia dice en 1 Corintios 2:9 que, “… está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”.
Dios nos amó tanto que nos regaló a Su Hijo. Nos dio acceso directo a caminar y vivir cerca de Él experimentado una intimidad con Dios incalculablemente valiosa a través del Espíritu Santo. Aunque ahora no entendamos la completa magnitud de ese regalo, cada día vamos descubriendo algo más de Él, y si somos sinceros, con cada año que pasa, nuestra relación íntima con Él nos sorprende cada vez más y más de todo lo bueno y maravilloso que es con nosotros. El que ama a Dios y le busca, le haya y es bendecido. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá”. Mateo 7:7
Por nuestra cultura estadounidense celebramos Thanksgiving o “Día de Acción de Gracias” la cuarta semana de noviembre. Para mi familia el mes de noviembre siempre ha sido un mes en que intencionalmente nos enfocamos en meditar y cultivar una más profunda actitud de gratitud y generosidad.
Tomamos tiempo para mirar hacia atrás en familia recordando todas las bondades de Dios en nuestras vidas. Y como dice un antiguo himno y como mi madre me recordaba, “hija, cuenta tus muchas bendiciones, enuméralas una por una”. Años más tarde, este énfasis en la gratitud también me ayuda a preparar mi corazón para el verdadero sentido de la celebración de la Navidad: Anunciar a todos a gran voz que estamos convencidos de que sí, ¡Jesús llegó!, y es hoy el mejor regalo y el más preciosos tesoro que puedas tener aquí en esta vida y en la venidera.
¡Feliz mes de Thanksgiving a todos!
Angela