
En la vida diaria, cada uno tenemos nuestra forma de expresarnos y de reaccionar ante las diferentes situaciones que nos depara el día a día. Qué palabras salen de nuestra boca, qué actitudes reflejamos ante aquello que nos molesta, qué ambiente creamos en nuestro hogar con nuestras palabra … ¡Cuán fácil es quejarse, cuán fácil puede ser hablar mal del vecino, cuán fácil es hablar palabras de desconfianza y duda!
Jesús dijo que de la abundancia del corazón habla la boca. Así es, de lo que nos llenamos sacaremos.
Hoy es un buen momento para examinar nuestras palabras, y decidir hablar cosas que construyan y reforzar con nuestras palabras los valores cristianos que queremos inculcar a nuestros hijos. Hoy es un buen momento para decidir hablar palabras de esperanza y de confianza en Dios.
¿Cómo es esto posible? Fallaremos muchas veces, sí, pero si pasamos tiempo con Dios, dejando que Él transforme nuestra mente y llene nuestro corazón de fe y confianza en sus promesas, poquito a poquito nuestro entorno irá notando que vivimos cerca de Dios.
Nuestros hijos necesitan tener referentes de personas que viven el cristianismo de verdad. Vivimos tiempos dificiles, en los que todo lo cristiano es cuestionado, en los que a lo bueno se le dice malo y a lo malo bueno.
El hogar es una oportunidad maravillosa de poner un fundamento firme para nuestros hijos, y de ser ejemplo de lo que es ser cristiano. ¡¡Dios nos ayudará!!

Os dejo una receta sencilla que he descubierto hace poco y es deliciosa y no muy calórica.
Pimientos Rellenos
2 botes de pimientos enteros del piquillo
3 latas de atún en aceite
250 grs de surimi
Un poco de pimienta negra
Se les quita el caldo a los pimientos.
Se tritura con la batidora o la Thermomix el atún (sin aceite) y los palitos de surimi, y se le añade la pimienta.
Rellenar los pimientos con la mezcla y listo.
Puedes añadirle nata a la mezcla, o ponerles un poco de mayonesa por encima
¡DELICIOSOS!
Anneli