Celebración, Espiritualidad, La Pascua, La Semana Santa

Testimonio de Jim Caviezel, actor en La Pasión de Cristo

La Pasión de Cristo ¿Has visto la película?  Os la recomendamos, especialmente en esta época del año, para que mantengamos la perspectiva correcta de los hechos ocurridos hace casi 2000 años atrás. Esperamos que las verdades encontradas puedan ser motivos de celebración tanto para todos los días de este año como para el resto de la vida.

Jim Caviezel es el actor que personificó a Jesús en esta película. En este testimonio, él cuenta sus experiencias durante el rodaje, los incidentes ocurridos y habla de su fe.

La Película …

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El complejo de Cenicienta

El otro día, estuvimos con un grupo de adolescentes en casa, ¡una  tarde de princesas!

Hicimos juntas dos  tartas, las rellenamos con dulce de leche, fresas, Nocilla y las  decoramos con rosas de Buttercream color rosa.  Después de degustar las tartas entre risas  y comentarios de  «¡Hmmm que delicia!», nos sentamos para ver la peli   “La Cenicienta” entre susurros y suspiros!!!

Elegimos La Cenicienta  porque les encanta a las chicas y no es necesario en ningún momento decir -¡Poner Atención!  Este tipo de peli entra  directamente en el mundo emocional del subconsciente. Las leyendas siempre tienen  enseñanzas escondidas  del inconsciente colectivo.

La fotografía bien cuidada, las canciones, los  vestidos  maravillosos, el Príncipe Azul, el castillo, la naturaleza, todo  nos adentra en un  mundo mágico que llevamos dentro, dónde todos los problemas se resuelven de modo mágico, ayudada por una  hada madrina que aparece del modo que una menos espera.  ¡Al final ella sale victoriosa!  ¡Es rescatada por  el Príncipe Azul!    Sólo mirar el cartel de la chica con vestido azul y  el pelo suelto bailando con el viento, ya hace suspirar a nuestras bellas durmientes que llevamos dentro!   La Cenicienta (Hermanos Grimm, Alemania 1812) se llamaba Ela, pero se deja llamar Cenicienta por sus hermanastras y madrastra (nunca se quejó del malvado apodo resultado de la envidia de su hermanastras). Pone a relieve  dos mitos universales: El amor a primera vista y el mito del Príncipe Azul.  

Cenicienta, en relación con los  demás era una chica muy educada pero muy pasiva, todo lo que es mucho es demasiado, debemos buscar el equilibrio es más sano. Ella  aceptaba todo sin quejarse, sin defenderse, incluso de los maltratos.  

En relación consigo misma Cenicienta era agresiva, pues no sabía amarse a si misma buscando hacer respetar sus derechos, no tuvo ayuda para que aprendiera a reconocer su propios sentimientos como: pérdida y dolor (pérdida de la madre y del  padre, de su posición de hija), tristeza (por el sufrimiento que pasaba y  maltrato de su supuesta familia), rabia (por la forma como la trataban), ira contenida (el maltrato duró años), decepción (por no dejarla ir al baile), auto valor (se sentía desdichada), culpada porque muchas veces asumía la culpa que no era suya (se culpaba de que la trataran mal).

Era muy muy joven y todavía no había aprendido a distinguir sus emociones y las críticas destructivas y las manipulaciones emocionales que la madrastra y sus hermanastras le infligían. Tampoco tenía fe en Dios, puesto que la fe en Dios nos sustenta y nos ayuda a sobrellevar las situaciones más difíciles de la vida.

Con la ayuda de otros, Cenicienta podría haber aprendido a ser asertiva, a valerse por sí misma, a hacer frente a la madrastra, a no ser sumisa a sus hermanastras, al final la casa era suya y no tenía razón de servir como criada, tenía el derecho de ser tratada como una igual por su familia. Cenicienta podría aprender a ser libre y a no tener que esperar un Príncipe azul para liberarla. Ella poseía capacidades y habilidades, era responsable, pero no se daba cuenta de su valor. Era alegre, sabía auto motivarse cantando, hablando mentalmente, buscando animarse recordando a su madre (ser generoso y tener valor). Se encontraba muy sola, no tenía amigos (a no ser los animales, que tampoco la podía aconsejar y enseñar). Esto es un problema actual, nuestros adolescentes muchas veces no tienen buenos amigos y nosotros padres tenemos que ayudarles a traer amigos a casa para que disfruten y compartan sus vidas.

Unas de las frases de película que me gustó: “Si hacen lo que hacen, no es razón para hacerlo”. Es bueno poder recurrir a una frase así porque los adolescentes siempre nos dicen:- Si todos mis amigos van a esta fiesta, ¿por qué yo no?  Todos mis amigos la usan, ¿por qué yo no?

Ahora que ya contáis con esta sugerencia de guión, llamen a los amigos de vuestros hijos  a casa y  ¡hagan una sesión de cine en casa!!!!  ¡Va a ser muy divertido!!!

“Ama a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo” – Lucas 10.27

Rosa