
Seguimos con nuestro paseo por Débora en este mes de febrero. Las chicas de Dulce Fragancia estuvimos averiguando sobre el origen del nombre Débora.
En primer lugar, según su etimología, este nombre es de origen hebreo. En cuanto a su significado, encontramos abeja, como primera acepción. Por extensión, podemos inferir que este nombre porta rasgos y características con las cuales muchas de nosotras a veces podemos identificarnos; a saber trabajadora, firme de determinación, constante, amable, buena compañera, decidida en aquella empresa que se le encomiende.
Nos quedamos pensando en “Abeja”; y nos preguntamos “¿Cuál es ese producto estrella que las abejas producen? Su respuesta no es ningún misterio para ninguna de nosotras. En efecto, miel.

Fue en ese momento que recordé una receta procedente de Israel del bizcocho esponjoso de miel, la cual vamos a compartir con todas vosotras en este post. Os invitamos a prepararlo para la merienda familiar.
Pero ahí no quedaron nuestras averiguaciones, descubrimos también que este bizcocho de miel es especial para el pueblo judío; ya que suelen prepararlo para celebrar la llegada del año nuevo judío y brindarlo como esperanza de un año favorable en todos los aspectos. En nuestro caso, aunque ya estamos en febrero, podemos seguir felicitando y celebrando el inicio de este nuevo año. Y nos volvimos a preguntar ¿qué solemos hacer para el año nuevo? Los propósitos o resoluciones que unas veces cumplimos y otras no. Por eso con esta receta queremos retarnos a ofrecernos en este nuevo año para que nuestra relación íntima con el Señor Jesús vaya en aumento; pero si todavía seguimos dudosas, solo tengamos un poquito de fe para que el Señor Jesús sea nuestro amigo y nuestro guía a partir de este año.
Y…, bueno, lo comprendo, estamos pensando ¿dónde está la receta? Esperamos que la disfruten y que durante su preparación y degustación sigamos pensando en aquello que podemos aprender de Débora.
Pastel de miel (Lekach)

Ingredientes:
6 huevos (yemas y claras separadas)
Medio vaso de azúcar
1 vaso de miel
3 cucharadas de aceite
1 cucharada de café rasa de bicarbonato
Azúcar glas
El zumo de un limón
2 cucharadas de brandy
1 cucharada de café de canela
2 clavos de olor en polvo
1 vaso y ¾ de harina
1 sobre de 10 gramos de levadura
Margarina
Una pizca de sal
Preparación:
Precalentar el horno a 170 – 180 grados centígrados. (Aquí tenemos que buscar cada una la equivalencia en nuestro propio horno).
Batir las seis claras a punto de nieve con una pizca de sal. Incorporar, poco a poco y en hilo, el azúcar. En otro cuenco, mezclar las yemas con la miel. Añadir el limón, el aceite, la canela, los clavos y el brandy.
Agregar la harina, cernida y mezclada con la levadura y el bicarbonato. Incorporar lentamente las claras a punto de nieve. Verter esta preparación en un molde redondo de unos 26 cms de diámetro untado previamente de margarina.
Introducir en el horno. El tiempo de horneado va a variar, según nuestro horno. Pero el tiempo sugerido es no menor de 40 minutos. Cuando el bizcocho esté dorado, sacar del horno y dejar enfriar. Adornar con el azúcar glas, espolvoreando por encima.
“¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.” Salmos 119:103
Nilda
Me encanta la receta y su simbología – voy a probarla ❤
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