
Al mirar con detalle a mi alrededor y ver la majestuosidad de la luna, el sol, las estrella, acariciar las flores con mis dedos y sentir la suavidad de sus pétalos, la precisión de sus formas y observar que a los ojos humanos parece igual sin embargo no hay nada igual en toda la creación. Es más, tú y yo somos tan particulares, tan especiales, tan únicas, tan individuales, Dios nos llenó de detalles tan singulares a cada una, ya que Él quiere relacionarse así con nosotras, en una forma individual. Se tomó su tiempo contigo y cuando te termino de crearte, rompió el molde. Dios nos contempló desde antes de la fundación del mundo, como únicas y especiales.
El apóstol Juan escribió este hermoso libro para dar a conocer a Cristo, y se centra en su obra redentora.
El verbo encarnado Jesús el Mesías se convirtió en ser humano para que todos los que creyeran en él y le aceptaran fueran salvos, pero él, fue y es desde el principio, nunca dejo de ser Dios, Dios tomó un cuerpo mortal, frágil y común igual que el de nosotros, Jesús vino para dar a conocer a Dios ¡y exaltarlo!
En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan 1:1
El Verbo era Jesucristo, el Hijo de Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin el nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
Juan 1:3
En el estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Juan 1:4
La clave del Verbo está en sus cualidades. “Vida y luz”, solamente para las que hemos creído y aceptado en él como Salvador, estamos en la luz, apartadas para él, para santidad y pureza, las tinieblas nos hacen vivir en la falsedad del pecado.
Esa luz verdadera, desde antes de la creación derramó Su gracia delante de ti y de mí, Él dio de Su gracia para nuestra salvación, así hemos recibido el derecho de ser sus hijas.
Mas a todos los que le recibieron a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Juan 1:12
Recibir el Verbo de Dios es reconocerlo, y depositar nuestra fe en Él, aceptando el regalo de la salvación.
Hoy, aunque no sabemos la exactitud de su nacimiento, lo celebramos, ese Verbo hecho carne, glorioso nos ha hecho no prevalecer más en el pecado, las tinieblas no pueden prevalecer en la luz, porque Jesús murió y resucitó de la muerte para darnos vida eterna.
Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Juan 1:16
Juan 1:16
Su gloria fue manifiesta a través del perdón derramado en nuestras vidas para que sepamos que no tenemos justificación para pecar, sino que podemos ver Su gloria a través del arrepentimiento y de llevar una vida íntegra aun cuando nadie nos ve.
Jesús el Verbo encarnado el que era y el que es, fijó Sus ojos en ti para que creas en Él y no te pierdas más tengas vida eterna (Juan 3:16) Su más grande anhelo es que vengas al conocimiento pleno de Él. Que reconozcas tu maldad y pidas su salvación, Jesús te ama y solo espera que tu clames a Él. El puede borrar tu pasado y darte nueva vida, tal como lo hizo conmigo, mientras gozas de ser parte de la familia del gran rey.
Así, la luz de la gloria de Cristo que resplandece en el evangelio es la luz de la gloria de Dios. Y la razón principal es que Dios mismo habla de la luz de la gloria que resplandece en nuestros corazones”
John Piper
Al único y sabio dios,
Jess