1. La regla del 30/30:
Antes de hacer una compra que cueste más de 30$, espera al menos 30 horas antes de comprarla, ya sea en una tienda física o, especialmente, en el carrito de compras de Amazon.

2. Si no está roto, no lo cambies.
En especial cuando se trata de electrónicos y electrodomésticos, existen muchos estímulos para que cambiemos, compremos otro color o la última versión. En este caso, recordemos que la razón de tener un electrónico, electrodoméstico u otras posesiones es que cumplen una función específica, y es casi seguro que pueden usarse por muchos años más de lo que les damos crédito. En caso de que se rompa, considera quedarte sin él o ¡repararlo!

3. Deshazte de lo innecesario antes de comprar.
¿Cuántas veces encuentras entre tu desorden la misma cucharilla especial que acabas de comprar, pero no sabías o recordabas que ya la tenías? Si te tomas el tiempo para hacer un inventario de tus posesiones, puedes sacar más provecho de tu dinero al invertirlo intencionalmente en cosas que realmente vas a usar.

4. Págate a ti mismo
Este concepto le da otro enfoque al ahorro. Al separar dinero para tus necesidades futuras, lo puedes ver como una inversión en el estilo de vida que deseas tener o mantener en el futuro.

Existen muchos más principios del minimalismo que benefician nuestras finanzas, además de ayudarnos a vivir vidas menos apegadas a las posesiones materiales. Muchas personas acreditan que esta filosofía de vida «minimalista» les ha llevado a vivir de manera más ordenada y satisfactoria. Sin embargo, el minimalismo no es el evangelio.
El minimalismo puede hacerte más ordenado, pero no te provee de identidad ni significado.
El minimalismo puede tratar tu materialismo, pero no cambia el hecho de que un corazón vacío necesita ser llenado con algo superior.
El minimalismo puede ayudarte a ahorrar dinero, pero no produce la vida abundante que promete Cristo.

En Cristo, podemos vivir plenamente al aceptar los bienes materiales como recursos que llegan a nuestras manos para administrar, no para acaparar, y que están destinados a bendecir a quienes nos rodean.





