
Hola mi amiga, soy Nataly. Soy brasileña, casada, madre de dos niñas, una de 6 años y otra de 3 años. Como profesión, elegí el camino de la belleza: he sido maquilladora profesional durante 10 años. Sin embargo, desde el nacimiento de mi primera hija, he optado por darle a mi carrera un poco de tiempo para aplicarme plenamente al cuidado de mi familia.
Confieso que no ha sido un viaje fácil. Es un viaje aparentemente solitario, en la mayoría de las veces. Podemos parecer prácticamente inútiles a los ojos de los extraños. Ser una madre a tiempo completo es dedicarte a una ocupación que no muestra resultados inmediatos. Sin embargo, veo cuánto he aprendido sobre el ser humano, sobre mí y sobre Dios mismo, mientras observo el crecimiento físico, emocional y espiritual de mis hijas.
Siempre he sido realista sobre los grandes desafíos que la maternidad impone. El más grande fue el descubrimiento de una infección asmática de mi hija mayor a principios de 2018, lo que llevó a un ingreso en el hospital durante 4 días. Entró en una crisis grave y llegó al hospital sin poder respirar sola, y fue hospitalizada allí durante 4 días.
Creo que fue uno de los momentos más difíciles de mi vida donde me sentí tan sola. Eso fue al principio, porque poco a poco vi a Dios a mi lado dándome la fuerza que necesitaba y protegiendo a mi hija de lo peor. Ella tenía cuatro años y medio, y yo estaba aterrorizada, llena de incertidumbre, no tenía respuestas a muchas de las preguntas que le hice a los médicos. Todo lo que dijeron fue: no sabemos cuándo podrá volver a casa. Me destrozó el corazón.
Creo que hoy, en todo el mundo, frente a esta pandemia que se ha desatado, estamos buscando respuestas, estamos buscando explicaciones, estamos buscando algo que nos dé paz. Sin embargo, parece que nadie tiene la respuesta, de hecho, parece que nadie puede calmar nuestros corazones.
Así que me gustaría decirles que en ese hospital, en medio del caos encontré paz en la palabra de Dios: la Biblia. Encontré paz cuando cerré los ojos y le pedí que se quedara allí conmigo, que me diera sabiduría, protegiera a mi hija y nos diera fuerzas para vivir lo que teníamos que vivir.
En este momento donde todo el mundo enfrenta el caos, tú y yo podemos volvernos a Dios nuevamente. Habla con El … pongamos nuestros miedos, ansiedades, incertidumbres ante Él, y sepamos que hay un Dios que nos ama, y que está dispuesto a comunicarse con nosotras.
Quiero dejar aquí un texto bíblico que me alienta en tiempos difíciles como la hospitalización de mi hija, como la que estamos viviendo en todo el mundo, o en cualquier otro momento difícil que se presente en nuestra vida.
3 Mientras callaba, envejecían mis huesos
Salmo 32:3-11
de tanto gemir todo el día,
4 pues noche y día me abrumaba tu mano,
se extinguía mi vigor entre intensos calores. [ Pausa]
5 Pero yo reconocí mi pecado, no te oculté mi culpa;
me dije: “Confesaré mi culpa ante el Señor”.
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. [ Pausa]
6 Por eso todo fiel te implora
en los momentos de angustia;
y aunque a raudales se desborde el agua,
no les podrá dar alcance.
7 Tú eres para mí un refugio,
tú me proteges de la angustia
y me rodeas de cantos de salvación. [ Pausa]
8 Yo te instruiré y te enseñaré
el camino que debes seguir,
te aconsejaré y pondré mis ojos en ti.
9 No seáis como caballos o mulos que nada entienden:
con el freno y las riendas hay que dominar su brío,
pues de otro modo no se acercarán a ti.
10 Muchos son los sufrimientos del malvado,
pero el amor rodea al que confía en el Señor.
11 Alegraos en el Señor los justos, regocijaos,
gritad de gozo los de corazón recto.
Nataly