Cuando llegan estas fechas festivas, llenas de reuniones con familia y amigos, solemos comer más de lo habitual y alimentos que no son precisamente muy “ligeros”. Asados, polvorones, chocolate, turrones… En estas fiestas siempre hay dos ensaladas que me recuerdan a mi madre y a toda mi familia reunida por Navidad. Son unos platos muy ricos, saludables y de temporada, que nos pueden ayudar a equilibrar el menú.

Foto de webos fritos en Foter.com / CC BY-NC-ND
La primera ensalada que os propongo, es una puramente navideña. Se consume mucho en la región de Castilla y León y consiste en añadir a la escarola, una lechuga rizada con un sabor bastante amargo, una granada. Añadir fruta a la ensalada os puede parecer algo extraño al principio, pero los sabores combinan a la perfección.
Debes lavar bien la escarola y ponerla a remojo en agua fría durante media hora como mínimo para quitar un poco el amargor. Se escurre bien el agua y se deja lista. La granada hay que partirla a la mitad y sacar los frutos. Se recomienda usar guantes porque es un proceso que mancha bastante las manos. Podemos acelerar esta tarea golpeando en la parte trasera de la granada con una cuchara de madera, para desprenderlo mejor.
Se mezclan los dos ingredientes principales y se aliña con aceite, vinagre, azúcar y una pizca de sal.

La segunda ensalada que quiero compartir con vosotros, puede servirse como postre. Consiste en pelar naranjas de mesa y hacerlas rodajas. Las aliñaremos con aceite, vinagre y azúcar. Sé que puede sonar simple, pero después de tantos platos navideños elaborados, os aseguro que puede resultar un auténtico placer.
Son muy fáciles de hacer y de verdad que están muy ricas. Probad y me contáis.
He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo,
Y llamarás su nombre Emmanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
Mateo 1:23
Maite