Carta a una amiga:
¿Qué tal si empezáis de nuevo?
Este es un momento donde tu relación está pasando por un momento muy difícil, está pasando por momento críticos, donde la separación quizás esté dentro de una de las posibilidad. Antes me gustaría reflexionar contigo. Te animo a derruir para después construir:
Compromiso firme.
Uno de los conceptos que se halla a veces ausente hoy en día al hablar del matrimonio, es el sentimiento de compromiso que se expresó en el día de la ceremonia con el intercambio de votos. Amar a alguien no es solamente un fuerte sentimiento, es una decisión, un compromiso, una promesa. Estoy convencida de que el compromiso que tengamos con Dios y el uno hacia el otro, es lo que mantendrá un matrimonio unido, incluso durante los momentos de dificultad. Si ese grado de compromiso es mayor que los problemas, éstos pueden resolverse. Pero si es débil, aun las pequeñas dificultades, desánimos y desilusiones nos pueden apartar.
Tiempo juntos No conformarse con el tiempo libre que queda, aprendamos a conocernos mutuamente y a experimentar unidad cuando tomemos el tiempo para compartir nuestros sentimientos, procuremos saber lo que el otro piensa, y disfrutemos de estar juntos. Pero para encontrar ese tiempo necesitamos tener bien claras nuestras prioridades. Dios creó la familia, y eligió que su Hijo naciera en una familia, es importante tener presente que no es un invento de los hombres, nuestra pareja debe ser una prioridad sobre lo demás, nuestra familia. Es importante tener un tiempo planificado para poder pasar tiempo juntos.
Comunicación efectiva A veces nos callamos para no herir a nuestro cónyuge y procurar ignorar nuestros sentimientos, pensando que nuestros problemas se desvanecerán. Esconder nuestros pensamientos y sentimientos debilita la unidad básica de la vida matrimonial, pues las dudas crecen en la oscuridad y los problemas se convierten en resentimientos que destruyen el amor. Sólo cuando hay apertura y honestidad podemos encontrar ayuda y felicidad. Pero tiene que haber la voluntad y el deseo de comunicarnos, aprendiendo a hacerlo en los distintos niveles. A veces lo logramos sólo en un nivel superficial, con los comentarios propios de la convivencia diaria. Avanzando un paso, compartimos lo que pensamos sobre distintos temas. Pero la comunicación significativa sólo se produce cuando compartimos nuestros sentimientos más profundos de una forma sincera y abierta, aunque algo más difícil porque involucra tanto riesgo como confianza: “¿Cómo interpretará lo que digo? ¿Me comprenderá? “ Para mantener una relación, es esencial expresar nuestros sentimientos para hallar la solución. Y no nos olvidemos que la comunicación no es solamente palabras, sino también a través de la expresión del rostro, la sonrisa amante, el toque cariñoso de la mano…
Debemos magnificar lo positivo y minimizar lo negativo O sea, las virtudes que nos atrajeron mutuamente, y los rasgos negativos con que nos encontramos al casarnos. Esto no significa que no busquemos mejorar y ayudarnos a superar los rasgos negativos, pero no debemos permitir que éstos se conviertan en el centro de atención y preocupación. Cada cónyuge tiene dones y atributos que contribuyen al matrimonio, y cuando más reconocidos y respetados son estos, tanto más feliz será el matrimonio. La relación se fortalecerá al recibir y alentar las capacidades de cada uno.
Debemos aprender a apreciar las diferencias en personalidad y percepción. Que los esposos consideren ciertas cosas desde puntos de vistas diferentes puede ser una gran ayuda para proporcionales una perspectiva más amplia. Recordemos que el matrimonio representa una relación complementaria. Esto implica armonizar dos distintas personas para mejorar a ambas Y al aceptar y apreciar lo que es el cónyuge, se llega a ser mejor de lo que hubiera podido ser solo. Las diferencias nos pueden apartar o pueden agregar una nueva dimensión, dependiendo de cómo las enfoquemos. Aprendamos el valor de afirmar lo positivo en el otro. Es un factor que contribuye a la cohesión en una feliz relación matrimonial, ayudándonos a que seamos más cariñosos, cuidadosos y generosos.
Debemos gozarnos en la bondad y belleza del sexo.
Querida amiga espero que estas reflexiones y pensamientos puedan ser un grano que contribuya a decirte que creo que puede haber esperanza para que vuestra relación pueda seguir avanzando.
Con todo mi cariño,
MariCruz