
Reto de Proverbios – Cap. 31 con Iva

En 1989 Stephen Covey publicó por primera vez su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” que ha vendido más de 25 millones de copias. De esto hace ya 25 años, sin embargo, la gente lo sigue comprando. ¿Por qué? Porque todos queremos lograr el éxito en la vida y para eso necesitamos ser personas efectivas.
Sin embargo, se le atribuye a Albert Einstein haber dicho lo siguiente: Seguir haciendo las cosas de la misma manera y esperar obtener resultados diferentes es locura. Esa es la clave. No basta con desearlo, necesitamos hacer algo al respecto, de manera intencional, cambiar lo que hemos estados haciendo que no nos ha dado resultados.
Una de las cosas que he aprendido acerca de la efectividad es el valor de planificar. Necesitamos una estrategia. Básicamente esto responde a una pregunta, ¿cómo llego de donde estoy a donde quiero estar?
Jesús conversaba un día con sus discípulos (aparece en Lucas 14) y usó esta ilustración:
“No comiences sin calcular el costo. Pues, ¿quién comenzaría a construir un edificio sin primero calcular el costo para ver si hay suficiente dinero para terminarlo? De no ser así, tal vez termines solamente los cimientos antes de quedarte sin dinero, y entonces todos se reirán de ti. Dirán: “¡Ahí está el que comenzó un edificio y no pudo terminarlo!”.¿O qué rey entraría en guerra con otro rey sin primero sentarse con sus consejeros para evaluar si su ejército de diez mil puede vencer a los veinte mil soldados que marchan contra él? Y, si no puede, enviará una delegación para negociar las condiciones de paz mientras el enemigo todavía esté lejos.
Ser eficaz requiere que adquiramos el hábito de tener planes, y para planificar necesitamos comenzar por evaluar:
El escritor francés Antoine de Saint-Exupéry dijo: “Una meta sin un plan, es solo un deseo”. Incluso cuando sepamos adónde queremos llegar, la meta, si no tenemos un plan, se quedará en deseo. La gente altamente eficaz tiene planes.
Y claro, no puedo hablarte de planes sin dejar de decirte algo de parte de Dios: “Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del Señor. Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito” Pr 16:1, 3. Ahí está la clave.
Una vez que hayas hecho todo lo anterior, escríbelo. Escribir nos ayuda a visualizar las cosas y enfocarnos en lo que realmente queremos. Hace que la idea se vuelva más tangible. Y luego, con tu lista en la mano, ve donde Dios y preséntasela. Pero ve dispuesta a que haya cambios, a que quizá el orden se altere, algunas cosas desaparezcan y otras que ni habías considerado se sumen. Pero ten la certeza de que como dice este pasaje, así tus planes tendrán éxito y recibirás la respuesta correcta.
¿Lista para comenzar? Vamos a dar el primer paso hoy para ser mujeres eficaces que viven en las metas y propósitos de Dios.
Wendy