Hoy por culpa de la globalización, muchas veces nos quedamos lejos de nuestro hogar y de las personas que amamos. En mi caso, tengo mis tres hijos casados y cada pareja vive en un continente. ¡Vaya! ¡Uno nunca se espera eso! Pero los hijos crecen, se transforman en adultos y van detrás de mejores oportunidades y ¡eso no es fácil!
El síndrome del nido vacío nos afecta con más o menos intensidad a cada una de nosotras, pero sí nos afecta a todas. Hablemos de eso: de cómo los cambios afectan nuestra vida y cómo podemos aprender a adaptarnos a los cambios.
Cualquier cambio aunque sea agradable produce cierta tensión. Por lo menos esta es la conclusión de una investigación de “American Association for the Advancement of Science” hecha por Dr. Thomas Holmes, profesor de psiquiatría a la Universidad de Washington. Holmes descubrió que muchos cambios seguidos pueden producir enfermedades o estados depresivos profundos. Durante la investigación, Holmes desarrolló una escala de puntos para cambios que afectan a los seres humanos. Cuando varios de estos cambios ocurren en un período de un año con una persona y se suman más de 300 puntos, es una alarma para que esta persona tome su tiempo para adaptarse. Ayuda mucho reírse de sí mismo, tener más paciencia con uno mismo y con los demás.
¡Ojo! Esta escala no es para auto diagnosticarse. Es solamente una herramienta para prevenir futuros problemas. Os paso un ejercicio muy práctico para hacer con su cónyuge o compañero de cambios: Se puede hacer siempre como forma de prevención y no como diagnóstico. Espero que sea útil para ti y para tu familia.
1. Señale los cambios que ha experimentado en los últimos 12 meses. Sumar los puntos; 2. Piense sobre las tensiones personales y familiares que puedan relacionarse con estos cambios; 3. ¿Qué cambios tú y tu cónyuge pueden hacer para disminuir las tensiones relacionadas? 4. Apunte los cambios para comentárselos con su cónyuge, compañero, etc. |

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”.
Si queréis seguir leyendo el texto está en Eclesiastés 3.1-8, donde aprendemos que hay tiempo para todo en la vida y necesitamos tener paciencia activa, o sea paciencia con esperanza.
Rosa