Hemos dicho adiós a una de nuestras colaboradoras, Rose Prince (aquípuedes ver todas sus publicaciones con nosotras). Esta publicación va en su honor. Rose siempre será recordada como una persona de las más hospitalarias, buenísima cocinera, y excelente decoradora. He aprendido mucho de ella. Lo que me ha quedado, entretanto, es la última vez que le visité el en el hospital hacen escasos días. ¡Tenía una paz tan impactante! Eso es porque fue una seguidora de Jesús que invirtió su vida en el Reino de Dios. Esto era tan claro en sus últimos momentos, pues siendo fiel a Si mismo, el Señor estaba con ella de una manera muy especial, se podía percibir.
Con esta foto (arriba) que publicó en su Facebook hace unos días, me quedo. Ella sabía que lo principal no era el «adiós» momentáneo, sino la «Bienvenida a Casa» eterna que recibiría de Jesús.
Cuando la muerte llega, en especial cuando es muy cercana, pensamos en el «adiós», en el «echar de menos», en «la falta que me harás» … es lo humanamente normal.
Hoy entretanto, quisiera que tomáramos el ejemplo de Rose, y nos fijáramos en lo eterno, en lo viene después …
No podemos dejar de preguntarte:
¿Estás segura de dónde pasarás la eternidad?
¿Tienes inquietudes espirituales y no pareces encontrar respuestas?
¿Conoces el plan de Dios para tu vida?
A estas preguntas, hemos encontrado respuesta en la Biblia, lo que nos ha traído paz, propósito y esperanza. No se puede vivir una vida plena aquí en este mundo sin estos 3 componentes, pues así nos hizo Dios. Este hueco en tu vida, para el cuál no pareces encontrar respuesta, es tu añoranza por Dios. Él ha dicho en la Biblia:
Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin. Eclesiates 3:11
Y comparto algunos versículos más que pueden traer aliento en momentos tristes de despedida de este mundo. Esperamos que también te animen a buscar la vida eterna en Cristo:
Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
Juan 11:25-26
Aun si voy por valles tenebrosos,
no temo peligro alguno
porque tú estás a mi lado;
tu vara de pastor me reconforta.
Salmos 23:4
Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
Filipenses 1:21
Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Romanos 8:38-39
Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir.
1 Corintios 15:22
Este mensaje es digno de crédito:
Si morimos con él,
también viviremos con él.
2 Timoteo 2:11
Mara