Hoy es el Sábado de la Semana Santa, representa el día más triste y oscuro de la historia. Jesús se había silenciado … estaba muerto. Aprovechemos este día que parece hacer un paréntesis en la historia de Dios para la humanidad para reflexionar en 3 preguntas:
¿Te emociona la Semana Santa?
¿Conoces los hechos históricos en primera mano?
¿Qué significa todo para tí personalmente?
Os comento algunos pensamientos relacionados con cada pregunta para que puedas formular tus propias respuestas.
¿Te emociona la Semana Santa?
Como seres humanos todo lo que ha pasado nos emociona. También solemos tener una visión romántica de lo que pasó. Fue una semana muy difícil para Jesús, sabiendo lo que le esperaba el viernes. Su tiempo de oración en Getsemani fue intenso. Agonizó emocionalmente. Los clavos en su mano no solo le hicieron llorar, a la mejor habría gritado de dolor. Él siempre tuvo la opción de bajar de la cruz, terminar la historia allí mismo, hacerse un líder de guerra o político en contra de los Romanos, tener fama y ser querido por sus seguidores haciendo más milagros y agrandando a quien quería agradar … o a la mejor dejarnos aquí desamparados y volver al lado del Padre, olvidándose de la Creación. Jesús tuvo estas opciones, pero quiso terminar lo que vino a hacer. Si pensamos así, nos debe emocionar aún más pues no es una historia en un libro con fotos bonitas, fue realidad: el sufrimiento, los pensamientos, el dolor, el rechazo por los que no entendían y por un momento se sintieron decepcionados con este nuevo líder, … su determinación del sufrimiento tuvo la base en su inmenso amor. Un amor que no es impersonal. Un amor a todos y al mismo tiempo a cada uno, personal, lo que incluye a ti.

¿Conoces los hechos históricos en primera mano?
Mucho de lo que creemos de estos hechos nos ha sido enseñado por boca, por tradición, por películas, etc. Mucho de eso es correcto y esta bien, pero existe algo más importante a considerar. La Biblia es un libro personal, un libro vivo que nos habla a cada uno en nuestra necesidad. No lo podría explicar pues va más allá de mi capacidad, pero la verdad es que no hay ocasión en que me haya sentado a leer la Biblia con una necesidad específica que no haya encontrado una enseñanza relacionada. ¿Lo dudas? 🙂 Pues te invito a comprobarlo en persona. Hoy es un día de reflexión y si tienes algo de tiempo, te invito a leer Lucas 19:29 a 24:53 desde su entrada a Jerusalén, los hechos de aquellos días, la cena con los discípulos, la traición, su muerte y resurrección. Te aseguro que encontrarás muchas informaciones nuevas que desconocías que a lo mejor cambiará tu perspectiva.
¿Qué significa todo para tí personalmente?
Esta es la pregunta más importante. ¿Qué hacer delante de este hecho histórico? Emoción, admiración, … sí, está bien y cabe emocionarse y admirar a un Jesús determinado en cumplir con su misión, y un héroe que ha resucitado. Pero lo más importante es lo que vas a hacer con este regalo. Su muerte y resurrección fueron un regalo personal a cada ser humano. ¿Qué se hace con un regalo? Pues uno puede aceptar o rechazar. Muchos vamos por la vida teniendo una postura neutral mediante esta pregunta. La neutralidad no justifica y es lo mismo que rechazar o no recibir este regalo. Veamos lo que dice Juan:
Juan 1:12-13Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios. Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.
Este versículo indica una acción de «recibir». Ahora podrás preguntar «¿Y eso, cómo se hace? Es más que una oración recitada, es una postura del corazón. Puedes hacerlo en tu casa, en una habitación, haciendo una sencilla pero importante declaración al Señor:
«Te acepto en mi vida, gracias por tu sacrificio, ayúdame a caminar contigo, háblame en tu Palabra, dirige mis pasos para que me parezca a ti.»
Si has hecho esta oración en tu corazón, escríbenos en la columna derecha enviándonos un mensaje y nos gustaría animarte en este nuevo camino. Si no lo has hecho y tienes más preguntas, también puedes escribirnos. Nos gustaría ayudarte.
Apocalipsis 3:20
Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo.
Si has decidido unirte a la familia de Dios, mañana tendrás una razón más que especial para celebrar. Jesús murió por nosotros y la resurrección le hizo un vencedor sobre la muerte. Pagó el precio con su muerte, ¡pero la muerte no pudo con Él!
Con Él, ¡somos más que vencedores!
Mara