Como padres queremos darle lo mejor a nuestros hijos. Nos preocupamos por su seguridad por su alimentación, por sus hábitos escolares, por sus amistades y decisiones. Elegimos los actividades de verano con cuidado para asegurarnos de que estén bien cuidados y que aprovechen el tiempo al máximo para practicar deportes, el inglés o la música.
Pero a veces darles lo mejor no se trata de una serie de actividades u oportunidades académicas para alcanzar niveles más altos de fluidez de idiomas o destrezas deportivas. Por su puesto que hay actividades que a nuestros hijos les emocionan y a la vez les motivan a mejorar y relacionarse mejor con sus iguales, pero tal vez ese «mejor» que estamos buscando empieza con nosotros mismos como padres. Lo mejor para ellos, interesantemente resulta ser también lo mejor par nosotros como padres. Comparte estas ideas con tus hijos este verano y experimentarás algo especial junto con ellos. ¡Este verano es tiempo de crecer en familia dándole lo mejor a tus hijos!

Comparte un legado familiar. Dale un regalo que sólo tú puedes dar a tus hijos. Toma tiempo para explicarle algo de vuestra familia en forma de legado que transmita algún valor a tus hijos. Cuéntales la historia, por ejemplo, de cómo su abuelo, abuela, o cualquier otro pariente actuó con valor, convicción, compasión o amor para que alguien pudiera tener una mejor oportunidad en la vida. Muéstrales fotografías antiguas o visita lugares donde sucedieron los hechos y explica quienes son esas personas que dejaron un legado en vuestra familia. A veces hay alguna película antigua que te recuerde a la situación que tus antepasados vivieron que puedas ver en familia. Es bueno reflexionar a cerca de la historia de nuestras familias. Todos podemos encontrar anécdotas e historias positivas, por más pequeñas que sean, que nos ayuden a conocernos mejor. Aunque parezcan sencillas, tus hijos tendrán interés en aprender algo nuevo que tenga que ver con los orígenes de su familia. No subestimes el poder de conectar con tus hijos contando una buena y verídica historia.
Sal de casa y explora la ciudad con ellos.
Deja que cada uno de tus hijos elija un lugar especial para ir a jugar, pasear o hacer alguna actividad. Dedica una tarde o un día entero si es posible. Dedicar el tiempo suficiente para ir juntos en familia, hablar de por qué le gusta ir a ese sitio y dejar que cada persona de la familia dirija esa excursión o salida puede ser una gran oportunidad de conectar con tus hijos. Cuando hayáis explorado adecuadamente los lugares que ellos disfrutan, llévales a un sitio especial para ti, donde tengas la oportunidad de compartir por qué ese sitio es tan especial.

Corrige menos, conecta más.
Parece que el verano está lleno de normas, “no pases toda la tarde en la tablet, no ensucies la cocina a la hora de la merienda, no pelees con tu hermana, saca al perro, no dejes el cuarto de baño perdido después de la piscina…” ¿Qué sucedería si tomamos tiempo con nuestros hijos para prevenir en vez de curar y dejar que ellos mismos nos ayuden a marcar las normas de casa de verano en POSITIVO? Los mejores maestros, que en todos los casos somos los padres los primeros maestros de nuestros hijos, hacen buenas preguntas. Podemos sentarnos a finales del año escolar y escribir ¿Qué necesitamos hacer este verano para llevar una convivencia en orden, con un ambiente positivo, sano y productivo? ¿Qué metas tenemos cada uno?, incluyendo mamá por ejemplo, como podemos ayudarnos a que todos cumplamos nuestros objetivos y metas de verano como, leer un libro, aprender a tocar un instrumento usando el internet en nuestros ratos libres, aprender a cocinar con mamá o papá o algún pariente o adulto que les cuida en verano. Dales ideas y objetivos creativos y no tendrás que pasar tus días corrigiendo y riñendo. Con sólo preguntarles, ¿Cómo nos ayuda este comportamiento a cumplir los objetivos que nos propusimos juntos a principio de verano? Ellos mismos entenderán lo que es mejor y podrán auto-corregirse. Finalmente escribe las “normas” en la nevera en positivo, no se vale escribir la palabra NO.
Sé sincero con los jóvenes de la casa
Nuestro hijos nos observan, nos ven, nos oyen hasta cuando no nos damos cuenta. Si tienes dificultades con algunas relaciones familiares, tu pareja, tus vecinos o cualquier otra dificultad interpersonal, habla con ellos a cerca del tema de una forma apropiada para ellos. Explícales que estás intentando hacer lo mejor posible para superar aquello y estar en paz con esa persona o personas. Plantéate lo mejor para no traer más conflicto a vuestra vida familiar. Muchos niños tienen ansiedad y estrés por situaciones tensas que afectan el estado de ánimo de sus padres y en ocasiones los niños sufren en silencio pensando que ellos son parte de la razón de esos conflictos. La abuela, por ejemplo, se enfadó con mamá porque tuvo que recoger a los niños del colegio por falta de planificación de los padres, el vecino está enfadado por el ruido que hace la familia a todos horas de la noche, los padres discuten por temas de cómo corregir a los hijos, la lista de piedras en las mochilas emocionales de nuestros hijos es larga, tendida y muchas veces muy pesada. Toma tiempo cada día para aliviar ese peso. Da abrazos, no prometas cosas que no puedes cumplir, sé sincero y reconoce que no eres perfecto pero que siempre mirarás por el bien de ellos. Una conversación a tiempo con tus hijos puede hacer la diferencia en sus vidas emocionales y darles esa seguridad y cariño que sólo tú puedes dar. Nosotros crecemos con nuestros hijos. Habla con ellos. Si conectas más de lo que corriges verás que en realidad se dejarán corregir con más facilidad y las veces que les corrijas serán mucho más efectivas.
¡Feliz verano Familias!
Angela
👏👏
Me gustaMe gusta