Llevo un tiempo reflexionando sobre la idea que las personas tenemos sobre la felicidad. Si escuchamos las diferentes opiniones de la gente veremos que para la mayoría, la felicidad depende de uno mismo. Y es cierto, que en la medida de cómo sean las circunstancias de tu vida y de la actitud con que las afrontes, esto va a provocar sentimientos de felicidad o alegría, sentimientos de bienestar y seguridad. Pero qué pasa cuando las circunstancias son tan duras que no puedes alegrarte, que traen amargura, que producen dolor, que traen depresión o frustración a tu vida? Y cuando el cansancio, la preocupación o el miedo no te dejan tener una actitud fuerte y luchadora para enfrentarte a esas circunstancias?
El caso es que la palabra Feliz pierde su sentido cuando atravesamos problemas o situaciones límite. No podría decir que soy feliz cuando se ha muerto un familiar querido, o cuando te diagnostican una enfermedad, cuando ves sufrir a un niño, o cuando tu matrimonio no funciona y decides divorciarte. Perdemos la felicidad en cuanto nuestra vida se ve tambaleada, y sólo podremos volver a ser felices cuando esa circunstancia pase o en muchas ocasiones nunca volveremos a ser tan felices como lo éramos en la época anterior, antes de que pasarán esos sucesos dramáticos. La sensación es que la felicidad es pasajera, y que va y viene como las olas del mar.
Pero me gustaría contaros algo que puede provocar en nosotros ese sentimiento de placer, alegría, felicidad, plenitud, paz y confianza. Y ese es el GOZO. Pero el GOZO del que os hablo sólo puede venir de Aquel que lo creó y diseñó. La Biblia dice que el gozo es un fruto del Espiritu Santo, una muestra de que Dios está en nuestro corazón, que le conocemos, amamos y seguimos. Pero a menudo vemos personas que conocen a Dios pero no demuestran ese GOZO, o a veces las circunstancias de la vida nos pueden hacer que no disfrutemos de ese GOZO que Dios nos da. Pero como siempre en la Biblia encontramos las respuestas: en el Salmo 16:11 dice que «en tu Presencia hay plenitud de GOZO». Disfrutar de ese gozo va a depender del tiempo que pasemos en Su Presencia, del tiempo que dediquemos a conocerle más por medio de su Palabra, del tiempo que dediquemos a hablar con Él en oración; en definitiva, de nuestra relación íntima y personal con Él.
Asi que a la pregunta de qué pasa cuando nos hallamos en situaciones difíciles? El mensaje de Jesús es retador y esperanzador, en Santiago 1: 2-4 dice: «hermanos míos, tened por sumo GOZO cuando os encontréis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna».
Jesús nos habla de sentir y experimentar GOZO aún en medio de la prueba, ya que recibiremos paciencia y no nos faltará nada. El mismo Jesús (en Hebreos 12:2) nos dice que puso GOZO por delante del sufrimiento en la Cruz. No puedo imaginar esto con mi mente terrenal, pero sí es un ejemplo para mí. Aún en el momento más difícil de su vida, de una muerte tan cruel, injusta y dolorosa; saber que hacía la Voluntad de Su Padre y cumplía el plan para el que vino a la tierra, le hizo vivir con GOZO aquellos duros momentos.
Así que ese es el reto y mi anhelo, disfrutar más de la presencia de Dios para poder vivir con GOZO cada momento de mi vida, sea difícil, duro o desafiante saber que Dios está conmigo y hacer su Voluntad, cumplir el propósito por el cual me creó.
Y tú, también anhelas vivir una vida gozosa que no dependa de las circunstancias o de las personas que te rodean?
Equipo Dulce Fragancia