
Photo by Jessica Da Rosa on Unsplash
Aunque el significado de este refrán español puede parecer muy transparente; hace unas semanas me llegó de una entrañable amiga colombiana la historia que comparto más adelante. Cuando iniciamos nuestra relación personal con Cristo, todas vamos aprendiendo y conociendo cada día más de Nuestro Salvador y Redentor Jesucristo. En efecto, es una acción nueva que añadimos a nuestra vida; por lo tanto, es un ejercicio diario que implica esfuerzo, voluntad y deseo., para forjar nuestra salud y belleza interior.
Historia real que sucedió en la Universidad de Antioquía, Medellín, Colombia:
El primer día de clase en la Universidad, el profesor se presentó a los alumnos y desafió a que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía.
Me quedé de pie para mirar alrededor cuando una mano suave tocó mi hombre.
Miré para atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser.
Dijo: “Muchacho… Mi nombre es Rosa. Tengo ochenta y siete años de edad. ¿Puedo darte un abrazo?
Me reí y respondí: “¡Claro que puede!”. Y ella me dio un gigantesco apretón: “¿por qué está usted en la Facultad en tan tierna e inocente edad?” pregunté
Respondió juguetona: “Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un montón de hijos y entonces jubilarme y viajar”.
“Está bromeando”, le dije.
Yo estaba curioso por saber qué la había motivado a entrar en este desafío con su edad; y ella dijo: “siempre soñé con tener estudios universitarios, y ahora estoy teniendo uno!”.
Después de la clase caminamos hasta la cantina, y compartimos una malteada de chocolate. Nos hicimos amigos instantáneamente.
Todos los días en los siguientes tres meses teníamos clases juntos y hablábamos sin parar. Yo quedaba siempre extasiado oyendo a aquella “máquina del tiempo” compartir su experiencia y sabiduría conmigo.
En el curso de un año, Rosa se volvió un icono en el campus universitario y hacía amigos fácilmente dondequiera que iba. Adoraba vestirse bien y se reflejaba en la atención que le daban los estudiantes … Estaba disfrutando la vida.

Photo by Les Anderson on Unsplash
Al final del semestre, invitamos a Rosa a hablar en nuestro banquete del equipo de fútbol. Fue presentada y se aproximó al pódium.
Cuando comenzó a leer su charla preparada, dejó caer unas hojas al suelo.
Frustrada, tomó el micrófono y dijo simplemente: “Discúlpenme, ¡Estoy tan nerviosa! Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que déjenme hablarles sobre aquello que sé”.
Pasados unos segundos , ella despejó su garganta y comenzó: “No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar”.
“Existen solamente tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito:
– Se necesita reír y encontrar humor en cada día.
-Se necesita tener un sueño, pues cuando éstos se pierden, uno muere.
¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan!
-Se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer.
Si usted tiene diecinueve años de edad y se queda tirado en la cama por un año entero sin hacer nada productivo, terminará con veinte años
SI yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año y no hago cosa alguna, quedará con ochenta y ocho años….
Cualquiera consigue quedar más viejo. Eso no exige talento ni habilidad.
La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad
Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer
Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos”.
Al fin de ese año, Rosa terminó el último periodo de la facultad que comenzó tantos años atrás. Una semana después de recibirse, Rosa murió tranquilamente durante el sueño.
Más de dos mil alumnos de la facultad fuimos a su funeral en tributo a la maravillosa mujer que enseñó, a través del ejemplo, que nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que uno probablemente espera ser”
Estas palabras han sido divulgadas por amor y en memoria de Rosa:
“Envejecer es obligatorio, crecer es opcional”.
Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como aquel que no sabe sonreír a los demás
Sirva también esta imagen que encontré en Pinterest para que nos brinde estímulo y motivación.

Con mucho cariño para todas,
Nilda