
En estos días de confinamiento en casa, he tenido la posibilidad de meditar más en la Palabra de Dios. Ha sido una calma en la cual las prisas se han detenido y he podido parar. Uno de estos días leyendo, me detuve en el Salmo 92 y vi que tenia algunos textos marcados entre ellos el versículo 12
El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro el Líbano,
Salmo 92:12
Posteriormente leí un comentario al respecto. Pensando en lo que Dios quiere para mi vida, pude ver algunas cosas. La Palmera es el árbol nacional de mi país (Cuba). Es precioso ver como abundan a lo largo de toda la isla. La Palma es un árbol que crece desde 25 a 40 metros. Crece muy erguida y dentro de ella nace un tejido vivo protegido por una corteza que puede ser arrancada, herida, golpeada pero sigue creciendo y puede vivir hasta 200 años. Aunque el viento la doble, jamás se quiebra.
Tiene múltiplos usos desde medicinales, para comer, para hacer casas, algo muy común en los campos de Cuba. La Palma no se marchita fácilmente, ni le entran insectos. Su fruto (el coco) es más dulce cuando ha alcanzado los 80 años, dando sus mejores frutos en la vejez.
Dios, en su Palabra, la Biblia, nos compara con muchas cosas y aquí vemos que dice «El justo florecerá como la palmera».
¿Quién es el justo? Según el diccionario, es el íntegro, perfecto y recto. De ello podemos aprender, como la palmera que crece con su tejido vivo dentro y aunque su corteza pueda ser estropeada o golpeada ella sigue creciendo.
Nosotros aunque seamos maltratados, probados, zarandeados externamente, si nuestro interior está sano nada podrá detener nuestro crecimiento espiritual. Como todo lo de la palma se usa, también nosotros debemos desear ser usados todos los días del año para hacer grandes o pequeñas cosas. Aunque nos llegue a faltar algo o llegue la escasez, no nos debilitemos para no caer.
Sus frutos son más dulces cuando tiene 80 años. Me hace pensar que cuanto más avanzamos en nuestra vida, más dulzura podemos dar. Como mujeres cristianas, qué bendición será ver que las personas disfrutan de nuestra compañía por el sabor que damos.
Mi Oración: Señor Jesús, permite que pueda crecer bien alto y saludable espiritualmente, servirte como una palmera, que lo pueda hacer de muchas y variadas maneras, y sea mi vida tan dulce en mi vivir diario, que pueda derramar esa dulzura que me das por donde quiera que pase.
Dámaris
¡Qué hermosura! Me gustó mucho este posteo. Y agrego lo mencionado en Juan 15 : «…y todo el queda fruto lo poda, para que de más todavía». ¡Hermosas palabras de Jesús! Qué bonito como todo se va relacionando. Gracias por compartir palabras que iluminan, ¡gracias por la dulzura! ¡Súper abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
ay me acabo de dar cuenta que quedó escrito «queda fruto», bueno, el texto decía «y todo el que da fruto». 🙂 Gracias por la paciencia!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por el comentario. Nos ha encantado esta publicación de Dámaris.
Me gustaLe gusta a 1 persona